La relación entre Nancy Pazos y Diego Santilli volvió a ocupar espacio en los medios. Separados desde 2013, tras veinte años de pareja y tres hijos -Nicanor, Teo y Tonio-, la periodista y el actual ministro del Interior de Javier Milei reabrieron un viejo capítulo de desencuentros que mezcla política, emociones y exposición pública.
Todo comenzó cuando Pazos, figura estable del programa “A la Barbarossa” y habitual analista peronista en distintos streamings, fue consultada en Olga sobre si deseaba suerte a Santilli en plena campaña bonaerense. Su respuesta fue tajante: “No quiero que le vaya bien. Es una mala influencia para mis hijos”. Luego agregó que los ve “muy influenciados por él” y, tras el triunfo libertario, volvió a insistir: “Es verdad que no quería que ganara”.
Pazos también recordó su papel en los inicios políticos del dirigente: “Contribuí un montón para que pudiera hablar así”. En otra entrevista, en Radio 10, cuestionó la decisión de reimprimir boletas para que Santilli encabezara la lista: “Con la tuya diría yo, y me daría lástima porque es con la de mis hijos”, señaló, reavivando las tensiones familiares.
Las declaraciones de la periodista se suman a una larga historia de cruces. En 2023 había cuestionado a Milei en redes -“Cree que las mujeres son inferiores a los hombres”-, en una frase leída como un reproche indirecto al giro político de Santilli. Y en 2024, su confesión mediática -“Cuando me casé ya era amante de Santilli y él estaba en el casamiento”- se volvió viral y fue recuperada en memes durante la última campaña electoral.
Desde el entorno del ministro evitaron la polémica. Su hijo Nicanor escribió en redes: “Es un orgullo llamarte mi papá”, mientras que su pareja, Analía Maiorana, defendió su actitud: “Que Diego no hable mal de Nancy no es un mérito, es buena persona”. Fiel a su estilo, Santilli optó por no responder. “Nunca hablaré de la madre de mis hijos” y “los temas familiares se resuelven en casa” responde cada vez que es consultado por el tema.
Pese a las diferencias ideológicas -ella, identificada con el peronismo; él, ahora parte del gabinete libertario-, el ministro mantiene el bajo perfil y una estrategia de silencio. Mientras Pazos ironizó sobre su nombramiento como una “Jugada excelente de Milei”, Santilli apuesta a la contención y la prudencia. Un equilibrio delicado entre la política, la familia y la exposición pública.
GZ