Julieta Makintach apareció en la sala cuando el jury ya había escuchado la acusación, el planteo de su propia defensa y los primeros testimonios. Su llegada, casi dos horas después de lo previsto, obligó a reorganizar la dinámica de la audiencia. Apenas ingresó, solicitó prestar declaración. Quiso hacerlo en persona, sin intermediarios, y comenzó agradeciendo el espacio: “Lo primero que quiero es agradecer la oportunidad de prestar declaración. Quiero que me conozcan, que me tengan paciencia”.
La magistrada aseguró haber quedado atrapada en una exposición pública que no esperaba. Ante el jurado relató que vivió un “escarnio mediático” y recordó que puso su renuncia “a disposición del gobernador”. También admitió el impacto que generó el caso en el Poder Judicial. “Nunca me imaginé que iba a generar tanto daño a la Justicia. Era todo lo contrario a lo que yo buscaba”, expresó.
Makintach intentó explicar su actuación en el juicio por la muerte de Diego Maradona, especialmente su decisión de continuar con el debate cuando otros integrantes del tribunal sugerían suspenderlo. “El Dr. Ferrari habla de que fui la única que decidió no suspender el juicio de Maradona, pero porque no había ninguna cuestión de prueba pendiente”, afirmó. Agregó que la postergación no tenía fundamento: “Yo fui la única que dijo que la justicia tardía no es justicia. Quería que fuera la mejor imagen de la justicia y quería un juicio rápido”.

Sobre el documental Justicia Divina, sostuvo que no se trató de un proyecto propio: “Es una propuesta de una amiga que surgió en febrero. Tres semanas antes. Esta idea del documental no existía”. Dijo que jamás dimensionó las consecuencias y describió cómo la señalaban en los medios: “Lo único que veo es la jueza del escándalo… fue una piedra con la que me tropecé sin dimensionar las consecuencias”.
La jueza insistió en que no buscó exposición pública y que incluso intentó evitarla. “Desde ayer que estoy viviendo en La Plata. Lo que quería evitar era la exposición de la prensa. Lo único que hice fue tratar de evitarla. Me llamaban de los programas, no quiero fama, no quiero ser actriz”, declaró. También afirmó que pidió autorización para la cámara que la filmó en la audiencia del juicio penal: “Consulté sobre la cámara el primer día. Todos sabían que iba a haber una cámara con planos cortos hacia mí y todo bien”.
Más adelante negó haber tenido contacto con la productora señalada en el expediente y volvió a aclarar que no imaginó que su imparcialidad pudiera quedar comprometida: “Lo juro por mis hijos que no conozco a la productora. Jamás me imaginé que mi imparcialidad como jueza iba a estar en juego”. Antes de cerrar su exposición, expresó: “Sí pido disculpas a toda la familia, a la justicia. Lamento profundamente esto. Ojalá hubiera podido volver el tiempo atrás”.
La fiscal general Analia Duarte, representante de la Procuración bonaerense, sostuvo que lo que ocurrió con Makintach no fue un error aislado, sino un esquema organizado para participar en un proyecto audiovisual que la tenía como figura central. Señaló que la jueza intervino en un “proyecto fílmico estructurado como una miniserie de seis capítulos” y que se tomaron imágenes dentro del tribunal sin autorización.
Duarte afirmó que Makintach habilitó la filmación de escenas en el edificio judicial, presionó a otros magistrados para modificar roles y votaciones y utilizó recursos del personal policial. Según su exposición, todo esto “respondía a un guion” y perseguía un objetivo: aumentar su protagonismo en el material audiovisual.
Uno de los tramos más duros de la acusación fue cuando aseguró que la conducta de Makintach produjo un daño institucional severo. Afirmó que “afectó la imagen de todo el Poder Judicial” y remarcó que ese impacto no se limitó al ámbito local. “Y no solamente para los ciudadanos de la República Argentina, sino también nos avergonzó frente al mundo”, señaló.
La fiscal consideró que estos hechos encuadran en múltiples causales de mal desempeño, irregularidades graves, actos de parcialidad y abuso de autoridad. Cerró su alegato anticipando el pedido que realizará al final del proceso: la destitución de la magistrada por haber “perdido las condiciones que la Constitución exige para el ejercicio de tan alta investidura”.