12/11/2025 - Edición Nº1009

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Hollywood

Guillermo del Toro y la experiencia paranormal que vivió en Nueva Zelanda con un fantasma

09/11/2025 | El director de Frankenstein reveló una increíble anécdota que le pasó cuando todavía trabajaba en El Hobbit.



Guillermo del Toro, el director detrás de la reciente adaptación de Frankenstein en Netflix, compartió una anécdota escalofriante de sus días vinculado a El Hobbit en Nueva Zelanda. Mientras buscaba localizaciones para la adaptación de J.R.R. Tolkien (proyecto que abandonó por retrasos interminables, dejando el camino libre a Peter Jackson), el realizador se topó con lo sobrenatural en un hotel vacío de Waitomo. Fanático confeso de lo paranormal, del Toro siempre solicita la habitación embrujada en cada hospedaje, aunque hasta ese momento ninguna había cumplido con sus expectativas fantasmales.


Del Toro junto a Oscar Isaac y Jacob Elordi, los protagonistas de Frankenstein.

La noche en cuestión, instalado en el ala este del Hotel Waitomo (con el resto del edificio desierto y fuera de temporada), del Toro disfrutaba de un episodio de The Wire. De pronto, su sesión se interrumpió con sonidos inequívocamente violentos: gritos, puñaladas y llanto que parecían provenir del centro de la habitación. “He oído (un fantasma) dos veces. La segunda vez fue muy dramática”, relató en Jimmy Kimmel Live. Convencido de que no era la serie, el director descartó cualquier confusión con la trama criminal de Baltimore.

Jimmy Kimmel bromeó sugiriendo que los asesinatos eran parte del show, pero del Toro insistió: el ruido era real y ajeno a su computadora. “No había nadie más en el hotel, ni siquiera el gerente. Nos dieron las llaves porque estábamos fuera de temporada”. Paralizado por el terror, optó por no investigar el balcón ni cambiar de habitación. En su lugar, se colocó auriculares y pasó la noche entera frente a la pantalla, sin dormir. “No dormí nada. No quería darme la vuelta. Había un balcón y pensé: ‘¿Y si miro allí y hay algo?’”.


En el set de Frankenstein.

Esta experiencia no disuadió al cineasta de su fascinación por lo espectral. Incluso durante el rodaje de Frankenstein en Aberdeen, Escocia, eligió otra habitación con reputación siniestra. “La habitación tiene algo más que ambiente. Hay algo de ira y territorialidad. Un atisbo de rabia”, describió sobre el lugar.