La Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza (CECIM) celebró su 23° aniversario con una cena que reunió a la vicegobernadora Hebe Casado, la subsecretaria de Infraestructura Marité Baduí, intendentes, legisladores y empresarios. El encuentro sirvió como espacio para analizar la situación actual del sector y los desafíos que enfrenta ante la retracción de la obra pública nacional.
Durante su discurso, el presidente de la entidad, Dalmiro Barbeito, advirtió que la fuerte caída en las licitaciones nacionales golpeó de lleno a las pymes mendocinas. “Menos obras significan menos empleo y más incertidumbre. En muchos casos, las empresas se ven forzadas a presentar ofertas muy por debajo de los presupuestos oficiales”, expresó.
El dirigente también describió un panorama económico complejo, con alta inflación, tasas de interés elevadas y falta de crédito. “Sin financiamiento no hay proyectos, y sin proyectos no hay empleo”, señaló, en alusión al freno en la inversión privada.
En ese contexto, Barbeito propuso que parte de los fondos del resarcimiento a Mendoza se destinen a obras de pequeña y mediana escala, donde el impacto económico y social es más directo. “Estos recursos deben transformarse en empleo local, en infraestructura que mejore la vida de los mendocinos y que recupere el dinamismo productivo de la provincia”, destacó.
El presidente de CECIM también llamó a reactivar la construcción de viviendas sociales y proyectos de infraestructura hídrica y saneamiento, considerados esenciales para la gestión del agua y el desarrollo provincial. Además, pidió avanzar hacia una revisión del esquema tributario y garantizar los plazos de pago, para darle previsibilidad al sector.
“Cada vez que una obra comienza, nace también una nueva ilusión: la de generar trabajo, de ver crecer un proyecto y de concretarlo en medio de la incertidumbre”, concluyó Barbeito, en un mensaje que combinó reclamo y esperanza para la industria mendocina.