Mientras el Gobierno recibía a dos gobernadores en la planta baja de la Casa Rosada, el lobista republicano Barry Bennett, vinculado a Donald Trump, se reunió con el asesor presidencial Santiago Caputo en su despacho. El estadounidense aseguró que su país “espera reformas profundas” del gobierno de Javier Milei y elogió el rol del consultor libertario como interlocutor con la Casa Blanca. “A Estados Unidos realmente le gusta Santiago, tiene una muy buena relación con él”, afirmó.
Bennett, exasesor de campaña de Trump y figura cercana al ecosistema republicano de Mar-a-Lago, se convirtió en un canal paralelo de comunicación entre el entorno del expresidente estadounidense y el Gobierno argentino. Su vínculo con Caputo y el empresario Leonardo Scatturice, socio de la firma Tactic Global -que tiene contrato con el Estado argentino para hacer lobby en Washington- consolidó una línea directa entre Buenos Aires y el ala trumpista del Partido Republicano.
“Hablamos sobre las reformas que vienen. Santiago está organizando el nuevo Congreso y todas las transformaciones que tienen que ocurrir. También analizamos cómo manejar el flujo de inversión extranjera que llega todos los días”, explicó Bennett tras el encuentro de dos horas con el asesor.
Según el lobista, Washington observa con interés las reformas laboral, tributaria y judicial, pero también reclama nuevos marcos regulatorios para minería e infraestructura que permitan explotar recursos estratégicos como litio, gas, cobre y uranio, frente al avance de China. “Si se llevan soja no pasa nada, pero si se llevan uranio tenemos un problema”, advirtió.
En ese marco, Bennett planteó que Estados Unidos espera que el Gobierno argentino garantice condiciones de inversión estables, acelere obras de infraestructura -rutas, gasoductos y puertos- y articule con los gobernadores para asegurar apoyo político a las reformas. “Hay mucho trabajo que hacer, pero las conversaciones van bien”, concluyó.