En la previa del Gran Premio de Brasil, el circuito de Interlagos fue testigo de una escena inesperada: el "Drivers parade fun", donde los pilotos de Fórmula 1 se subieron a autos de juguete eléctricos, de tamaño infantil, y protagonizaron una carrera improvisada que desató carcajadas entre mecánicos, periodistas y fanáticos. El momento se viralizó en minutos y fue lo más divertido del fin de semana.
Todos los conductores se subieron a los minicoches, tal como lo hicieron en el GP de Miami con los famosos Lego. Lando Norris, Max Verstappen, Charles Leclerc, Oscar Piastri, George Russell y Franco Colapinto junto a Pierre Gasly se animaron a participar con una sonrisa cómplice. Los autos, decorados con colores llamativos, apenas alcanzaban los 40 km/h, pero eso no impidió que los pilotos se tomaran la competencia en serio: hubo maniobras, bloqueos, choques suaves y hasta festejos con bandera a cuadros improvisada.
Los Driver's Parade tienen que ser SIEMPRE con los pilotos manejando algún tipo de autitos como los de LEGO o estos 😂
— El Mejor del Resto 🏁 (@elmejordelresto) November 9, 2025
Es mil veces más divertido que cuando van de acompañantes!#F1 #BrasilianGP 🇧🇷
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El “Mini-GP” se desarrolló en una zona amplia del trazado de Interlagos, con barandas oficiales, branding de patrocinadores y presencia de fotógrafos, público y señalética de pista. Lejos de ser un pasillo estrecho, el recorrido permitió que los pilotos circularan con libertad y celebraran con los espectadores. La escena mostró el costado más lúdico del fin de semana y reforzó el vínculo entre la Fórmula 1 y su audiencia.
La gran mayoría optó por usar los colores de sus escuderías, pero hubo algunos corredores como George Russell que se 'colaron' en los monoplazas de otros. Ejemplo de ello fue el de Red Bull que, conducido por un Yuki Tsunoda temblando de frío, también debió soportar a un Verstappen sacando fotos a todas las tribunas.
they should make every driver's parade like this. It's more entertaining than the race itself 😭 pic.twitter.com/4garg5VoAB
— nik¹⁶⁵⁵ (@sainzzleclerc) November 9, 2025
La iniciativa fue parte de una activación promocional de los organizadores del GP de Brasil y el equipo de marketing de la F1, con el objetivo de mostrar el lado humano y lúdico de los pilotos. “Es bueno reírnos un poco antes de tanta presión”, dijo Russell entre risas.
Este tipo de gestos refuerza el vínculo con el público, y muestra que incluso en la elite del automovilismo hay espacio para el humor, la camaradería y la espontaneidad. En un fin de semana marcado por la tensión competitiva por el campeonato, el “Mini-GP” fue el respiro perfecto antes de que los motores reales rugieran camino a la bandera a cuadros.