12/11/2025 - Edición Nº1009

Internacionales

Aparente investigador

París y el falso detective del Louvre: la historia detrás de la foto viral

10/11/2025 | Un adolescente de 15 años se volvió viral tras una foto junto a policías luego de un robo en París, pero no era quien todos creían.



Un peculiar episodio en París capturó la atención de los medios y las redes sociales: un joven elegantemente vestido, con sombrero tipo fedora, chaleco y paraguas con mango de madera, fue fotografiado a las afueras del Museo del Louvre justo después de un espectacular robo de joyas de la corona francesa. Por su porte y el contexto, muchos creyeron que se trataba de un investigador francés presente en la escena. Sin embargo, la realidad es más sencilla -y sorprendente-: el joven no era detective, sino un aficionado de 15 años con una fascinación por la moda clásica y el cosplay.

El robo, ocurrido el 19 de octubre, conmocionó a Francia. En una de las imágenes que documentaron la presencia policial, se lo ve al muchacho de pie, impecablemente vestido, al lado de varios agentes que bloqueaban una de las entradas del museo. La fotografía, tomada por el fotógrafo Thibault Camus, se viralizó en cuestión de horas y las teorías no tardaron en multiplicarse: algunos lo señalaron como un inspector encubierto, otros como un actor contratado o incluso como una figura creada por inteligencia artificial.


Pedro Elías Garzón Delvaux, el adolescente de 15 años detrás del “detective del Louvre”, con su característico estilo inspirado en los años 40.

Pero el protagonista de la historia, Pedro Elías Garzón Delvaux, había llegado al lugar acompañado por su familia, sin saber que el museo acababa de ser escenario de un robo. Su atuendo -un chaleco Yves Saint Laurent heredado de su padre, pantalones formales Tommy Hilfiger y un reloj restaurado de diseño soviético- respondía a su estilo personal inspirado en los años 40. El fedora -sombrero italiano de ala media o ancha- su sello distintivo, lo usó en homenaje a Jean Moulin, el célebre héroe de la Resistencia francesa.


Jean Moulin, héroe de la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, fue la inspiración detrás del look del joven que imitó su elegancia clásica y su inconfundible sombrero fedora.

La escena, casi cinematográfica, generó un contraste irresistible entre la estética vintage del joven y el operativo policial moderno. Cuando Pedro descubrió que su foto acumulaba millones de vistas (una amiga le notificó que había visto su foto con cinco millones de visitas) se sintió “estrellado”. En primera instancia, optó por cerrar sus redes, abrumado por los mensajes; luego aceptó que su imagen ya era parte de un fenómeno global.

La repercusión de la imagen invita a reflexionar sobre el poder de la viralidad: una imagen aislada puede construir un relato entero, alterar percepciones y hasta inventar personajes inexistentes. No es la primera vez que ocurre: en distintas épocas, fotos icónicas han convertido a simples transeúntes en protagonistas de historias colectivas. Uno de los casos más recordados es el del “hombre del tanque”, aquel ciudadano anónimo que en 1989 se plantó frente a una columna de tanques durante las protestas de Tiananmén, en Pekín. Su imagen recorrió el mundo como símbolo de resistencia individual ante el poder y, hasta hoy, su identidad sigue siendo un misterio.


La icónica imagen del “hombre del tanque” en Tiananmén, símbolo mundial de resistencia individual, recordada como otro ejemplo del poder de una sola fotografía.

Para los responsables de los medios y de la seguridad del museo, la confusión también evidencia un punto: en un escenario tan vigilado como el Louvre, donde se diseñan medidas de seguridad cada vez más sofisticadas -como el robo de las joyas lo dejó en evidencia-, basta un instante de distracción para que una imagen eclipse la narrativa oficial.

Y para el público general, queda una sencilla moraleja: en la era de las redes, el contexto lo es casi todo. Una sola fotografía puede distorsionar la realidad, crear un mito y recordarnos que, muchas veces, una imagen puede contar mucho más de lo que realmente vemos.