El exministro de Defensa Agustín Rossi advirtió que la situación del sector militar “se está deteriorando”, con una caída del poder adquisitivo cercana al 30%. Según describió, hay personal que cumple su turno y luego debe manejar Uber o Cabify para completar ingresos, un síntoma que expone el impacto del ajuste sobre las fuerzas. Rossi recordó que durante la gestión anterior se aplicaban dos adecuaciones salariales en enero y marzo, mecanismo que la administración de Javier Milei suspendió apenas asumió.
El dirigente santafesino también señaló un “deterioro enorme” en la obra social IOSE, que -según afirmó- se quedó sin prestadores en múltiples provincias. A este cuadro se suma la fragilidad del IAF, el organismo encargado del pago de retiros, que hasta hace pocos meses arrastraba una deuda aproximada de 300.000 millones de pesos. La falta de inversión en reequipamiento, sostuvo, agrava aún más el panorama.
Para Rossi, el discurso oficial de “reivindicación” a las Fuerzas Armadas contrasta con la realidad material que atraviesa el personal. Describió un deterioro generalizado en la vida cotidiana de los militares y cuestionó que el gobierno haya hecho “poco” para mejorar su calidad de vida. En su lectura, la brecha entre la retórica presidencial y la situación real del sistema castrense es ya inocultable.