El clima interno dentro de La Libertad Avanza sigue dejando movimientos y rumores tras las elecciones del 26 de octubre. Según trascendidos, el “libro de pases” del oficialismo continuaba abierto incluso para los dirigentes que se habían alejado durante la campaña, aunque con una excepción explícita: Marcela Pagano, enfrentada con Karina Milei y con el sector menemista del espacio.
Entre los nombres mencionados figuraba el de la diputada mendocina Lourdes Arrieta, quien -de acuerdo a esas versiones- habría recibido una oferta para regresar a las filas libertarias antes de los comicios, la habría rechazado y, tras el triunfo electoral, intentado retomar el diálogo sin éxito.
La legisladora salió a desmentir categóricamente esa información. En un extenso comunicado titulado Unir Argentina es dialogar, aseguró que “jamás recibí ningún ofrecimiento” y sostuvo que “el conflicto y la mentira no son el camino para reconstruir los cimientos de nuestro hermoso país”.
Arrieta recordó que, incluso antes del resultado electoral, ya había manifestado su voluntad de “profundizar los cambios que nuestro país necesita inspirados en las ideas de la libertad”. Sin embargo, enfatizó que el diálogo debe ser el eje de esa reconstrucción nacional: “Argentina necesita de diálogo y acercamiento. Es de vieja política perseguir a dialoguistas y creerse los patrones del país”, escribió.
En ese contexto, dejó una frase que fue leída como un gesto de apertura dentro del oficialismo: “Estoy dispuesta a escuchar; si no, entenderé que jamás hubo intención de acercamiento”.
La diputada también citó una de las expresiones del presidente Javier Milei -“tábula rasa para quienes quieran acercar posiciones”- e instó a dejar atrás el resentimiento interno. Su mensaje, entre la desmentida y el llamado al reencuentro, reavivó las lecturas sobre los reacomodos dentro del universo libertario.