El gremio de controladores aéreos ATEPSA que agrupa a los trabajadores de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) en Argentina advierte que el cronograma de medidas de fuerza que actualmente afecta a operaciones de carga puede extenderse a vuelos de pasajeros si no hay avances en el conflicto laboral.
Según un comunicado del gremio, las restricciones vigentes consisten en no autorizar despegues de aeronaves destinadas a carga y no recibir o transmitir sus planes de vuelo durante franjas horarias nocturnas, entre las 22:00 y las 06:00 horas.
Los días señalados como de posible afectación al sector aerocomercial son el 21 y 24 de noviembre, en el marco de un mes que la organización ya había calendarizado con varias jornadas de paro escalonado.
El reclamo central de ATEPSA es el incumplimiento de acuerdos laborales y paritarios firmados con EANA, además de la demora en convocar a una mesa de diálogo, algo que consideran prioritario para evitar una mayor escalada del conflicto.
En cuanto a antecedentes, el gremio ya implementó paros en julio y agosto que afectaron vuelos de pasajeros: por ejemplo, en julio los días 11, 12, 13, 15, 18, 20, 24, 25, 27 y 30 fueron señalados como jornadas de afectación.
En agosto, un nuevo cronograma incluyó los días 22, 24, 26, 28 y 30 con franjas horarias específicas. En aquella ocasión se dictó conciliación obligatoria por parte del Gobierno para frenar la medida.
El impacto en la cadena logística ya es perceptible: la suspensión de despegues de carga nocturnos está provocando demoras en importaciones y exportaciones, especialmente de productos perecederos o de alto valor.
Aunque el sindicato manifiesta que la intención “no es afectar los vuelos de pasajeros”, la advertencia es clara: de no mediar una solución, las operaciones comerciales podrían verse comprometidas.
Las aerolíneas y las autoridades operativas se encuentran en alerta. En anteriores medidas, por ejemplo en agosto, la afectación provocó cancelaciones y reprogramaciones de vuelos domésticos y regionales.
De hecho, el gremio asegura que la decisión de “seguir escalando” está condicionada a la actitud de EANA, tanto en responder el reclamo salarial como en involucrarse en el diálogo operativo.
El escenario se presenta con riesgo alto respecto al fin de semana largo que se avecina: un aumento de la demanda de vuelos de pasajeros coincide con el temor a una ampliación de los paros.
En este contexto, los usuarios, empresas de carga, líneas aéreas y autoridades aeroportuarias deben prepararse para eventuales cancelaciones, demoras o reprogramaciones.
Por su parte, el Gobierno y la EANA enfrentan el desafío de conciliar las demandas del gremio con la necesidad de mantener la conectividad aérea y evitar un golpe al turismo, al comercio exterior y al movimiento logístico nacional.
ATEPSA, por su parte, mantiene firme su pedido de un aumento del 45 % y denuncia “desarticulación operativa” en la empresa estatal del control de tránsito aéreo.
En resumen: el conflicto que hoy se concentra en la carga aérea entra en una fase de advertencia hacia el sector de pasajeros. Si no hay avances concretos en la negociación, el impacto podría expandirse y alcanzar vuelos regulares, justo en un momento de alta demanda.
FS