por Andrés Lobato
La Fundación Barbechando nació en 2008, al calor de la "125", el conflicto por las retenciones móviles que marcó un antes y un después en la historia de la politica agropecuaria argentina. Desde esos días, se consolidó como un espacio de articulación entre el sector agroindustrial y el Congreso, con el objetivo de acercar información técnica, impulsar proyectos y fortalecer la representación legislativa del campo.
Santiago Ricca, analista legislativo de la fundación, repasó junto a News Digitales como fue el paso de los representantes del agro en el ámbito legislativo. De aquellos años con apenas cinco legisladores vinculados al sector, se pasó a un promedio de treinta, lo que representa cerca del 10% de ambas cámaras. Si bien reconoció que todavía falta para alcanzar una bancada con peso propio -como el caso de Brasil- el avance es significativo y demuestra, según Ricca, que el conflicto por la 125 fue el punto de partida de una nueva etapa en la política agropecuaria argentina.
Desde su mirada, el desafío de estos días pasa por trascender las fronteras del sector y lograr que más legisladores —incluso aquellos sin vínculo directo con el agro— comprendan su peso en la economía y en la vida cotidiana del país. En esa línea, Barbechando impulsa el “Espacio Legislativo del Agro”, una red multipartidaria que hoy reúne a más de sesenta legisladores y busca replicar, a escala local, la experiencia brasileña. La meta no es solo defender al campo, sino construir consensos amplios para promover leyes que impulsen el desarrollo agroindustrial.
Ricca también puso el foco en otro tema clave: la comunicación. A su juicio, el agro argentino todavía no logró conectar con el público urbano ni transmitir con claridad su rol económico y social. “El desafío es que el agro deje de hablarle solo al agro”, resume. Y advirtió que parte del futuro político del sector dependerá de esa capacidad para explicar, persuadir y generar empatía más allá de las tranqueras.
-Barbechando nació en 2008, en plena crisis por la Resolución 125. ¿Qué cambió desde entonces en la representación del agro en el Congreso?
-Antes de 2008 siempre hubo productores o dirigentes rurales que terminaron siendo diputados o senadores. Algunos habían sido intendentes o secretarios de agricultura en sus provincias. Pero eran muy pocos, quizás cinco en el mejor momento, en 2008 llegamos a tener unos 15 legisladores entre ambas cámaras. El problema era que, al ser diputados de un partido político, el tema agro quedaba subsumido en una agenda más amplia, y ellos terminaban votando como su bloque. En ese entonces el sector no supo acompañarlos, ni acercarles información. Y eso los dejó más cerca del partido que del agro.
-¿Dirías entonces que la 125 fue una oportunidad perdida o una semilla que germinó después?
-Creo que fue una semilla. La oportunidad perdida fue no haber aprovechado ese momento exacto, pero gracias a eso hoy existe Barbechando, antes de 2008 no había representatividad. Después empezamos a ver legisladores que, aunque no fueran productores, tenían formación o familia vinculada al agro. Hace cuatro años llegamos a 35 legisladores “vinculados al agro”, hoy rondamos los 30. Pasar de cinco a un 10% del Congreso ya es un avance importante. y sin la 125 eso no hubiera pasado.
-¿Cómo analizás el resultado de las últimas elecciones legislativas en términos de representatividad agro?
-Fue un recambio, hubo nueve diputados del agro no renovaron sus bancas, pero ingresaron once nuevos, así que sumamos dos. Es un movimiento natural: cada dos años entran y salen legisladores de provincias donde el campo tiene peso, como Entre Ríos o Chaco. No suele haber candidatos del agro encabezando listas, pero sí en segundos o terceros lugares, impulsados por las rurales locales.
-¿Y en qué está trabajando hoy Barbechando, cuál es su misión principal?
-Desde hace dos años venimos aprendiendo mucho del caso de Brasil. Entendimos que con 30 o 35 legisladores vinculados al agro es muy difícil lograr leyes, hay que convencer a los que no vienen del sector. En Brasil el Frente Parlamentario Agropecuario tiene el 60% del Congreso, y eso cambió la historia del agro brasileño. Por eso creamos el “Espacio Legislativo del Agro”, que hoy reúne a 64 legisladores de distintos partidos. La idea es crecer y lograr que el Congreso entienda la importancia del sector.
-¿Ese espacio se inspira directamente en el modelo brasileño?
-Sí. Allá el frente se armó a fines de los 80, en parte como respuesta a los movimientos sin tierra. Empezaron siendo cinco legisladores y hoy son 350, nosotros todavía estamos lejos, pero en buen camino. Además, el frente brasileño tiene un instituto que les provee información técnica, como hace Barbechando acá, ellos lograron que el Ejecutivo y el Legislativo trabajen juntos en políticas agropecuarias.
🗳️INFORME ELECTORAL | Elecciones legislativas 2025
— BARBECHANDO 🇦🇷 (@Barbechando) October 27, 2025
Ayer se definió la nueva composición del Congreso y desde Barbechando armamos un informe con foco en los legisladores vinculados al agro 🏛️🌾
📊 ¿Quiénes son? ¿Cuántos entran? ¿De qué provincias? ¿Qué bloques ganaron peso? pic.twitter.com/tSFInQ3pHS
-En Brasil, ese frente tiene mucho peso político. ¿Se puede replicar algo así en Argentina?
-Creo que sí, con tiempo, ellos tardaron más de 30 años en llegar a eso y también aprendieron que antes de discutir una ley en el Congreso, las instituciones del agro se ponen de acuerdo puertas adentro. En Brasil los temas técnicos se debaten antes, y los legisladores discuten sobre bases ya consensuadas. Eso falta acá. Además, tienen una comunicación muy fuerte: lograron que el ciudadano urbano vea al agro como algo positivo.
-Justamente, ¿cómo ves la comunicación del agro en Argentina?
-Tenemos mucho por mejorar, el agro comunica bien puertas adentro, pero no hacia afuera. A veces damos por sentado que el otro entiende de campo, y no es así. hay que tener paciencia y explicar más. Además, tenemos que dejar de mostrarnos solo desde el reclamo,dDurante años se instaló la idea de que el “gringo” siempre se queja. Tenemos que comunicar lo bueno, lo innovador, invitar a la gente de la ciudad a conocer el campo y si logramos eso, vamos a cambiar la mirada social.
-¿Creés que todavía persiste un estigma sobre el campo en parte de la sociedad urbana?
-Sí, totalmente. Todavía muchos piensan que los 300.000 productores son todos grandes terratenientes. O que tener una camioneta es símbolo de lujo, cuando en realidad es una herramienta de trabajo: no hay caminos rurales asfaltados, llueve o hay barro, y la camioneta es necesaria. Pero la mirada urbana sigue asociando al campo con abundancia o privilegio, y eso viene de 2008.
-Este año fue electoral, con un Congreso que estuvo bastante quieto. ¿Cómo impactó eso en la agenda legislativa del agro?
-Fue un año de poca actividad en términos de proyectos. Hubo sesiones, pero la mayoría para rechazar decretos o con agenda política y en lo agro, casi todo se mantuvo en comisión. Este segundo semestre se reactivó el tema biocombustibles, y al principio del año hubo un intento de proyecto para bajar gradualmente los derechos de exportación. También se trabajó en Buenas Prácticas Agropecuarias, impulsadas por la Red BPA, que viene hace diez años con eso. Pero muchos temas quedaron a la espera de la nueva composición del Congreso.
-¿Y qué esperan para el nuevo período legislativo?
-Un Congreso más activo. El Ejecutivo necesita negociar con los gobernadores para lograr mayoría, y eso puede abrir la puerta a temas del agro, seguramente en diciembre y los primeros meses del año se muevan proyectos como biocombustibles y buenas prácticas. Para Barbechando será un verano intenso, con mucho trabajo legislativo y de articulación.