La Policía de la Ciudad desarticuló al denominado “Clan Villalba”, la organización narco que había heredado el control del negocio de la droga en un sector del Barrio 1-11-14 tras la caída de Los Marola, con la detención de seis personas -entre ellas su cabecilla- en una serie de allanamientos simultáneos.
Los operativos fueron realizados por la División Investigaciones Antidrogas Zona Sur, luego de varios meses de trabajo bajo la órbita de la Unidad Fiscal Especializada en Investigaciones de Delitos Vinculados a Estupefacientes (UFEIDE), a cargo de la fiscal Cecilia Amil Martin.

Durante los procedimientos se incautaron casi 900 gramos de cocaína, parte de ellos con el sello del “Delfín”, relacionado al denominado “Patrón del Norte”; 250 gramos de pasta base, 304 envoltorios listos para la venta, marihuana, celulares, municiones calibre 9 mm y diversos elementos de fraccionamiento. El valor total de lo secuestrado supera los 16 millones de pesos, equivalentes a más de 2.000 dosis.
El grupo estaba liderado por un hombre de 38 años, uno de los detenidos, y había tomado el control de la Calle 10, dentro de las torres del Barrio Ricciardelli, uno de los sectores del 1-11-14. Desde allí manejaban la venta minorista de estupefacientes, sin la exposición pública que caracterizó a Los Marola, la familia que durante años dominó la zona mostrando armas, filmándose con sus “soldaditos” y expulsando vecinos para convertir viviendas en búnkeres.

La caída de Los Marola se produjo en mayo de 2023, tras un amplio operativo que dejó detenidos a sus integrantes. Con su desarticulación, el territorio fue ocupado por el Clan Villalba, que mantuvo el negocio con menor exhibición pero similar nivel de control territorial.
A partir de las tareas investigativas iniciadas en junio, la UFEIDE solicitó seis allanamientos en los barrios Ricciardelli e Illia, autorizados por el Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas N° 8, a cargo de la jueza Natalia Molina.
Las irrupciones terminaron con la detención de dos hombres -incluido el líder- y cuatro mujeres. Uno de los procedimientos, sobre la llamada Calle 10, se realizó directamente en un aguantadero que funcionaba también como punto de venta.

La Policía de la Ciudad destacó que estos operativos se suman a los desplegados desde que la fuerza asumió el control de seguridad en el Barrio Ricciardelli hace menos de un año, en el marco de una estrategia sostenida para reducir el narcomenudeo en la zona.