La causa por presuntas coimas en la estatal entrerriana Enersa dejó de ser un expediente técnico y se convirtió en un terremoto político que amenaza con tragarse a nombres pesados del peronismo provincial. La difusión de miles de mensajes de WhatsApp entre los empresarios Claudio y Marcelo Tórtul, responsables de la filial entrerriana de Securitas, complicó de lleno al exgobernador Gustavo Bordet, hoy diputado nacional y figura clave del armado opositor en la región.
Uno de los chats más explosivos está fechado el 24 de septiembre de 2018, cuando Claudio escribe a su hermano: “El Negro me dijo q si no le damos el 40 saca el pago con el ajuste… Reparte con Bordet Julio y el me pidio el 50”. El mensaje no solo expone la dinámica de las supuestas presiones, sino que menciona a Bordet en un contexto de reparto de porcentajes de sobornos, un punto que hasta ahora el exmandatario evitó responder públicamente.
La pericia judicial -según publicó La Nación- abarca 25.557 carillas de chats, audios y fotos entre 2016 y 2024. Allí el exgobernador aparece 98 veces, muchas de ellas en conversaciones que apuntan a un esquema de pagos ilegales para sostener y ampliar el contrato de seguridad con la empresa estatal. No se trata de alusiones aisladas: los mensajes trazan un patrón de complicidad entre empresarios y funcionarios.
En el fallo de la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, los principales beneficiarios de los pagos fueron identificados como José Gervasio Laporte (“El Negro”), Alejandro Cis y Marcelo Morales, todos jerarcas de Enersa. Pero el documento judicial también registra referencias a Bordet, incluyendo un correo del 28 de enero de 2019 en el que Claudio Tórtul menciona: “La semana que viene tenemos que pagar la parte de Bordet, la del Negro está con el auto”. Ese auto -un Toyota Etios- fue efectivamente entregado a Laporte, según la investigación.
Los chats también revelan que, el mismo día de ese correo, Tórtul le informó a su hermano que Laporte le había preguntado por “la plata de Bord…”, dejando en evidencia que la presunta operatoria no era aislada ni circunstancial. Además, los empresarios mencionaban encuentros frecuentes: cafés en el Howard Johnson de Paraná, almuerzos en casas particulares, conversaciones sobre adendas y contratos. La cercanía era palpable, y la investigación ya corroboró varios encuentros físicos.
Las primeras menciones a Bordet datan de diciembre de 2016, cuando los Tórtul hablaban de “encarar a Christian”, en referencia -según fuentes- al entonces presidente de Securitas Argentina o a un exdirectivo de Enersa. En 2017 aparecen mensajes que muestran gestiones para un aumento del contrato de seguridad, con diálogos que describen un vínculo aceitado con el propio exgobernador: “Le pedí que ascienda y me dijo que depende de él y ahora le pregunto a Bordet si puede…”.
Finalmente, el 9 de octubre de 2018, Claudio anticipó una reunión con “Bordet y el Flaco”, este último el presidente de Enersa Jorge González. No hay constancia de que el encuentro haya ocurrido, pero el 30 de octubre se firmó la tercera adenda del contrato. Un detalle que, en una causa de esta magnitud, suma más sospechas que certezas.