26/12/2025 - Edición Nº1053

Opinión


Ruido interno

¿Hay espacio para las diferencias entre el PRO y La Libertad Avanza?

11/11/2025 | El jefe de Gobierno porteño condiciona el apoyo al Presupuesto 2026 al pago de la deuda con la Ciudad, y reaviva la disputa entre el PRO y los libertarios.



El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, lanzó un ultimátum que cruza el tablero político de la derecha: condicionó el apoyo del PRO al proyecto de Presupuesto Nacional 2026 a que el Gobierno Nacional incluya en los números la deuda correspondiente a la coparticipación que la Nación mantiene con la Ciudad. 

Hoy a las 10, Luis Caputo recibirá a Jorge Macri en el Palacio de Hacienda. Este reclamo abre una línea divisoria que a nivel ideológico parece no existir: ¿hasta dónde los que responden al PRO están dispuestos a separarse de La Libertad Avanza (LLA) y cuáles serán las consecuencias si sus exigencias no reciben el aval de Milei?

Desde la Ciudad, Macri reclamó que “las obligaciones de pagar entre estados tienen que estar expresadas en el Presupuesto”, en referencia al fallo de la Corte Suprema de la Nación que fijó el porcentaje de coparticipación para CABA y los mecanismos de pago diario y semanal previamente acordados.  Su postura deja al descubierto el esquema de dependencia: si Nación no libera esos fondos, el PRO se perfila como actor en tensión con su aliado nacional; y si la LLA rechaza integrar esos pagos, el PRO queda en una encrucijada acerca de quién maneja su agenda: ¿el partido de Macri, o el partido de Milei?

El conflicto por la coparticipación porteña no es menor. La Ciudad estima que la deuda ronda los $274.000 millones y reclama que esa cifra quede incorporada al Presupuesto 2026 para garantizar previsibilidad.  En ese marco, LLA puede utilizar su banca, su bloque en Diputados y su influencia nacional para condicionar la sanción del Presupuesto según pautas de ajuste fiscal, rebajas tributarias y desregulación, lo que ya genera malestar en el PRO local, que ve cómo sus aliados nacionales apelan a criterios distintos.

Ante ese escenario, surgen preguntas clave de cara a 2027: ¿Quién va a manejar el PRO en la Ciudad y a nivel nacional si LLA no otorga los fondos que Macri exige? ¿Diego Santilli encabezará la estrategia del PRO o Macri encontrará una bifurcación hacia una alianza más independiente del Gobierno Nacional? El riesgo para el PRO es evidente: quedar subordinado a la LLA y perder autonomía política, o bien fracturarse internamente al elegir entre su identidad histórica y las exigencias del nuevo polo libertario.

En definitiva, el espacio para las diferencias entre PRO y LLA no existe ni a nivel ideológico ni en cuanto a la oferta de partidos, pero la pregunta es si el PRO para ganar su autonomía consumará una ruptura o se resolverá como concesión. Si LLA retiene el control del flujo de recursos y condiciona el apoyo a cambio de su agenda, el PRO tendrá que redefinir su lugar: socio menor o competidor emergente. Y si decide resistir, el vínculo entre ambas fuerzas se verá golpeado.

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