La jueza Julieta Makintach regresó este martes a la sala del Anexo del Senado bonaerense para brindar una exposición de veinte minutos en la que buscó desacreditar las imputaciones que enfrenta en el jury por mal desempeño que se inició luego de la anulación del juicio por la muerte de Diego Maradona. Con voz firme, sostuvo que nunca tuvo la oportunidad de explicar su versión y abrió su descargo con una frase que marcó el tono de toda su declaración: “Tengo mucho para decir, nunca hablé en todo este tiempo”.
La magistrada describió cómo llegó al Tribunal Oral Criminal N° 3 de San Isidro. Explicó que aceptó integrar el tribunal porque había un acuerdo entre los jueces para cubrir vacantes y porque, según dijo, “nadie la quería agarrar, de los siete tribunales orales cinco estaban desintegrados”. Sumó que el TOC 3 presentaba fuertes dificultades internas, lo que la colocó en un escenario adverso desde el inicio. “Nadie quería ir al Tribunal 3, son difíciles”, afirmó al mencionar a Maximiliano Savarino y Verónica Di Tommaso.
Una parte central de su exposición estuvo vinculada al documental Justicia Divina, cuya filmación derivó en la anulación del juicio y en la acusación que hoy enfrenta. Makintach brindó su versión sobre los videos grabados en el edificio judicial. Sostuvo que no vio riesgos en acceder a una entrevista que le propuso una amiga, a quien describió como “ama de casa y decoradora de interiores”. Aseguró que aceptó porque se trataba de un proyecto personal sobre su vida y su trayectoria. “Me pidió una entrevista para hablar de mí, de mi historia judicial. No vi que esto pudiera tener alguna consecuencia conmigo”, dijo.

También justificó su presencia en los tribunales un domingo a la tarde, cuando parte de la filmación fue registrada. Aseguró que para ella no era inhabitual concurrir fuera del horario hábil porque realiza guardias. “Tribunales es mi casa desde chica, cuando iba a ver a mi padre”, explicó. A eso sumó que estuvo en el edificio durante apenas tres horas y que no advirtió ningún comportamiento irregular: “No había nada oculto ni clandestino en eso. No había intención como furtiva”.
Makintach insistió en que sus colegas estaban al tanto de la intención de su amiga de grabar un documental relacionado con la Justicia, aunque aclaró que no tenía relación con la causa Maradona. Según su versión, la diferencia entre ambos conceptos —un trabajo sobre el Poder Judicial y una filmación vinculada al juicio— fue “una sutileza que me llevó hasta acá”.
La relación con Savarino ocupó buena parte de su relato. Sostuvo que fue marginada de las decisiones internas y que incluso cuando subrogó al tribunal seguía siendo apartada. Describió un clima de tensión constante y afirmó que establecer un diálogo con él se volvió imposible. “Era difícil tener un diálogo pacífico y centrado en el punto. Era complicado, era violento”, sostuvo. Detalló que intentó acordar una rotación de roles para acelerar el debate y reducir su duración, pero no obtuvo respaldo: “Nunca pensé que podía generar tanto revuelo sentarme en el rol de la presidencia”.