14/11/2025 - Edición Nº1011

Internacionales

Renovación política

¿Daniel Mujica puede romper con el dominio del Partido Colorado en Paraguay?

12/11/2025 | El alcalde electo impulsa un discurso de ruptura con el Partido Colorado y proyecta su liderazgo local hacia una posible candidatura presidencial.



La victoria de Daniel Mujica en Ciudad del Este no solo redefine el mapa político del este paraguayo, sino que también plantea una nueva narrativa de oposición. En una ciudad marcada por la corrupción y la desconfianza institucional, Mujica logró movilizar a una ciudadanía cansada de los vicios del poder y de las estructuras partidarias tradicionales. Su discurso apeló a la fe, la conciencia colectiva y el sentido de comunidad, elementos que calaron en un electorado que buscaba alternativas al hegemonismo colorado.

El dirigente del movimiento Conciencia Democrática Esteña superó por amplio margen al candidato del oficialismo, lo que fue interpretado como un símbolo de desgaste del Partido Colorado en su propio bastión electoral. Mujica no tardó en capitalizar su triunfo para enviar un mensaje nacional: el cambio puede nacer desde lo local. Al prometer transformar Ciudad del Este en un modelo de gestión eficiente y moderna, abrió la puerta a un proyecto que trasciende las fronteras municipales.

Paraguay 


Paraguay es un país sin litoral que se encuentra entre Argentina, Brasil y Bolivia, con grandes extensiones de pantanos, bosques subtropicales y chaco, extensiones de naturaleza que abarcan sabanas y matorrales.

Proyección nacional del liderazgo local

El nuevo alcalde ha dejado claro que su visión va más allá del municipio. En su discurso de victoria, afirmó que el resultado es el preludio de un cambio nacional que se gestará desde las ciudades. Este mensaje resuena especialmente en un país donde la hegemonía coloradista, que ha controlado la presidencia desde 1948 salvo contadas excepciones, muestra signos de fatiga. Mujica y sus aliados, como el exintendente Miguel Prieto, apuestan a articular una oposición plural que incluya a liberales, izquierdistas y sectores moderados del coloradismo disidente.

El proyecto también busca reinstalar la idea de una política sin dueños, donde las ciudades funcionen como motores de cambio institucional. Mujica pretende demostrar que el poder local puede desafiar las estructuras nacionales si se combina gestión, transparencia y narrativa de esperanza. Sin embargo, el desafío radica en transformar un discurso inspirador en un movimiento nacional estructurado, capaz de competir con la maquinaria partidaria del Estado.

El desgaste del sistema tradicional

La consolidación de liderazgos locales emergentes responde al agotamiento de un modelo de poder que ha dominado Paraguay por más de siete décadas. La falta de renovación interna del Partido Colorado y los escándalos de corrupción han erosionado la confianza en la clase dirigente. En este contexto, el 60% de probabilidad de que una figura municipal escale al nivel nacional es hoy más real que nunca, pero el camino está plagado de resistencias institucionales y de intereses enquistados. Mujica enfrenta el desafío de construir un relato que trascienda lo moral para convertirse en una plataforma de poder efectiva.

Aun así, su triunfo marca un punto de inflexión: Ciudad del Este se convierte en el laboratorio de una nueva oposición paraguaya. Si logra consolidar su gestión con resultados visibles, podría sentar las bases para una coalición nacional capaz de disputar el poder en Asunción. En un país donde los cambios suelen gestarse lentamente, la irrupción de Mujica representa una señal de que el ciclo político paraguayo podría estar ante un giro histórico.

Renovación y posibilidad de ruptura

El escenario paraguayo actual parece ofrecer una combinación de cansancio ciudadano, hegemonía erosionada y nuevos liderazgos con discurso moralizante. Mujica encarna esa tendencia, pero su éxito dependerá de si logra traducir el voto del hartazgo en organización política. Con una oposición fragmentada y un oficialismo que conserva una red de poder extendida, el salto de la intendencia a la presidencia exige alianzas inteligentes y resultados concretos.

En definitiva, el triunfo de Mujica no es solo una victoria local: es un termómetro del deseo de cambio en Paraguay. Si el nuevo alcalde convierte Ciudad del Este en un modelo de gestión moderna y participativa, podría ser el preludio de un nuevo ciclo político en el país. Pero si fracasa, su experiencia se convertirá en otra historia de esperanza frustrada en el desafiante tablero político paraguayo.