Este miércoles se conoció el fallecimiento de Dylan, el perro de Alberto Fernández, que hasta tenía una cuenta de Instagram propia.
El exmandatario lo recordó con una sentida despedida: “Me regalaste una amistad incondicional que solo algunos humanos me han dado. Compartimos momentos maravillosos colmados de una silenciosa paz y otros llenos de alegría y bullicio. En los últimos meses te fuiste apagando y hoy, con mucho dolor, te despido”.
A lo largo de la historia argentina, muchos presidentes tuvieron relaciones de suma visibilidad pública con sus mascotas.
Un caso muy particular fue el de Cristina Kirchner, que en su libro 'Sinceramente' contó cómo fue la triste pérdida de su caniche Cleopatra.
“Estábamos comiendo en Olivos, ya sin Néstor, y uno de mis secretarios, sin entrar al comedor donde estábamos, gritó: '¡Máximo!’. Me sorprendió porque lo llamó muy fuerte, casi imperativamente”, recordó en el libro.
“Después de unos minutos cuando él regresó con cara rara, me dijo: ‘Mirá, mamá...’ -él nunca me llama mamá- y ahí, no sé por qué, me di cuenta que Cleo había muerto. Me puse a llorar desconsoladamente”, siguió relatando.

En ese sentido, dijo que “Cleo había entrado en mi vida cuando era senadora y Néstor presidente, la única mascota que teníamos hasta entonces era nuestro bóxer, Alex. La muerte de Cleo fue horrible porque sentía que todo lo que me había rodeado se iba. Néstor se había encariñado con ella y había pasado de no aguantarla a adorarla, se preocupaba de que tuviera agua, que comiera”.
“Ese día lloré mucho por lo de Cleo, pero en realidad lloraba por Néstor y por mí. Me sentía muy sola. Reviví la pérdida. Cleo era algo que nos unía, algo que teníamos él y yo”, reveló Cristina.
Y completó: “Máximo me vio tan mal que organizó que me fueran a buscar una perrita igual. Encontraron un criadero en San Fernando que tenía caniches mini toy parecidas a Cleo, hasta del mismo color. En síntesis: esa misma noche Lolita llegó a Olivos y todavía me acompaña".
FA