Guillermo del Toro ha estrenado en Netflix su visión de Frankenstein, una adaptación que reinterpreta la clásica novela de Mary Shelley. Uno de los cambios más notables es la ausencia total de la novia de la Criatura. En la obra original, la Criatura, tras años de marginación y autoeducación oculta en un granero, confronta a Víctor Frankenstein exigiendo una pareja y Víctor accede a regañadientes, pero destruye el experimento por temor a una “raza de demonios”.
Del Toro decidió resolver este arco en una sola secuencia cargada de tensión durante la boda de William (Felix Kammerer) con Elizabeth (Mia Goth). La Criatura (Jacob Elordi) se reencuentra con Víctor (Oscar Isaac) y plantea la misma petición, pero el científico la rechaza de inmediato con una reflexión que anticipa el horror de la procreación: “Y después, ¿qué? Procreación. Reproducción. ¿Una casa? ¿Una tumba? Muerte que engendra más y más muerte. La proliferación de una raza de demonios. La perpetuación de la obscenidad”.
La clave de esta omisión radica en Elizabeth, quien en la película asume simbólicamente el rol de esa compañera prometida y perdida. “Ella también es una criatura que no encaja en este mundo”, explicó del Toro en Gold Derby. “En la película se da una hermosa unión de almas”, señaló.

“La criatura encuentra una novia y la pierde el mismo día. Se dan cuenta de que ambos están vivos y su amor muere poco después. Creo que es una de las maneras más conmovedoras de abordar el tema de la novia en la historia”, agregó el director. Vale destacar que también se cambia el destino de Elizabeth. Al menos, las razones. En la novela, Elizabeth es la prometida de Víctor, asesinada por la Criatura en venganza tras la destrucción de su compañera. Del Toro invierte la tragedia: Víctor, en un intento fallido de disparar al monstruo, mata accidentalmente a Elizabeth.