La reciente advertencia de Israel a Uruguay sobre la posible actividad de Hezbollah en Sudamérica reavivó el debate sobre los riesgos de infiltración extremista en el Cono Sur. Para Israel, no se trata de una alarma infundada, sino de una advertencia basada en décadas de vigilancia sobre redes que operan más allá de Medio Oriente. El objetivo es fortalecer la prevención antes de que actores extremistas consoliden estructuras financieras o logísticas en la región.
El comunicado israelí también destaca que Uruguay -por su estabilidad institucional y su sistema financiero abierto- puede convertirse en un punto atractivo para movimientos clandestinos. Israel sostiene que la región enfrenta un escenario dinámico donde la convergencia entre crimen organizado y extremismo internacional exige marcos más robustos de control y supervisión.
La advertencia de Israel recuerda que Hezbollah ha operado históricamente en Sudamérica, incluyendo su presunta participación en el atentado a la AMIA en Argentina. La organización busca nuevas fuentes de financiamiento tras sanciones internacionales, y algunos países del Cono Sur podrían ser utilizados como corredores o centros de apoyo logístico. Para Israel, ignorar estos antecedentes sería un error estratégico.
La preocupación no implica acusaciones directas contra Uruguay, sino un llamado a revisar los sistemas de vigilancia, registros de organizaciones terroristas y protocolos de detección temprana. Para Tel Aviv, la región debe actualizar sus marcos legales para enfrentar una amenaza que evoluciona rápidamente y que se nutre de vacíos normativos.

De acuerdo con Israel, la seguridad regional dependerá en gran parte de la cooperación en inteligencia, el intercambio de datos y la articulación entre agencias internacionales. Tel Aviv ofrece su experiencia técnica y operativa, desarrollada en contextos de alta complejidad, como un recurso para fortalecer la capacidad de prevención del Cono Sur. Para Uruguay, esto podría traducirse en mejoras tecnológicas, capacitación especializada y protocolos de respuesta más ágiles.
El llamado israelí también señala que el crimen organizado -presente en Brasil, Paraguay y Argentina- comparte estructuras con redes internacionales de financiamiento ilícito. En este sentido, el aporte de Israel podría ayudar a identificar patrones, seguir trazas financieras y anticipar movimientos que no serían visibles para sistemas de vigilancia tradicionales.
La Embajada de Israel en Uruguay lanzó una advertencia contundente: la presencia del grupo terrorista extremista Hezbollah en nuestro país no es una sospecha nueva, pero sí una señal que vuelve a encender las alarmas de seguridad regional. Hablamos de la misma organización… pic.twitter.com/m15qpsmdNj
— Edward Holfman (@EdwardHolfman) November 13, 2025
Israel insiste en que la prevención debe convertirse en una política de Estado. Esto incluye monitorear donaciones sospechosas, controlar movimientos de capital vinculados a fundaciones o asociaciones extranjeras, y reforzar la trazabilidad en zonas estratégicas del sistema bancario. Para Israel, la clave es actuar antes de que una célula pueda establecerse, especialmente en países con alta estabilidad como Uruguay.
Finalmente, la advertencia israelí no busca generar temor, sino fortalecer la defensa democrática en un contexto internacional marcado por reacomodos geopolíticos y expansión de amenazas no convencionales. Para Tel Aviv, Uruguay puede convertirse en un aliado estratégico en la región, siempre que priorice la actualización normativa, la cooperación técnica y la modernización de sus sistemas de seguridad.