16/11/2025 - Edición Nº1013

Internacionales

Derechas chilenas

¿Quién liderará la derecha chilena? José Antonio Kast, Johannes Kaiser y Evelyn Matthei se preparan para las elecciones

13/11/2025 | Los candidatos compiten por liderar a la derecha para este domingo, mientras crece una tendencia regional hacia fuerzas conservadoras y liberal-populistas.



La contienda presidencial chilena de 2025 muestra un escenario en el que las derechas -en sus versiones tradicional, libertaria y conservadora- se posicionan con mayor fuerza ante una ciudadanía que exige resultados concretos. En un contexto de inseguridad creciente, estancamiento económico y deterioro institucional, estos sectores se presentan como la alternativa más viable frente al oficialismo encabezado por Jeannette Jara, cuya candidatura hereda los costos de una gestión cuestionada en materia de orden público y eficiencia estatal.

El fortalecimiento de las derechas no es casual: responde al desgaste del proyecto progresista y a la percepción mayoritaria de que las reformas impulsadas por el gobierno no han logrado mejorar la vida cotidiana. En Chile, como en otros países de la región, la demanda social se inclina hacia agendas de seguridad, estabilidad y reactivación económica, áreas en las que los liderazgos opositores han logrado instalar propuestas más claras y coherentes.

Palacio de La Moneda


Elegante edificio de 1805 donde funciona el poder ejecutivo de Chile

Tres derechas en competencia

Las candidaturas de José Antonio Kast, Johannes Kaiser y Evelyn Matthei representan caminos distintos dentro de un mismo objetivo: reordenar el país con firmeza y pragmatismo. Kast enfatiza la recuperación del orden y la reducción del tamaño del Estado; Kaiser canaliza el hartazgo antisistema con un discurso directo contra la burocracia; y Matthei ofrece una alternativa moderada y experimentada, capaz de atraer a votantes transversales. En conjunto, amplían el alcance electoral del bloque opositor.

La coexistencia de estos proyectos fortalece al sector, pues permite articular distintas sensibilidades bajo un diagnóstico común: el país requiere una conducción más eficiente, disciplinada y orientada a resultados. Todo indica que, llegado diciembre, la derecha tendrá altas probabilidades de unificarse detrás del liderazgo que logre imponerse en primera vuelta, consolidando una base competitiva frente al oficialismo.

Un fenómeno que trasciende fronteras

El ascenso de estas derechas chilenas forma parte de un proceso regional donde fuerzas orientadas al orden, las libertades económicas y el rechazo al intervencionismo están ganando terreno. En varios países, los votantes han girado hacia opciones que prometen resultados rápidos y un estilo de gestión más directo, mientras la izquierda enfrenta dificultades para responder a demandas urgentes como seguridad y costo de vida.

En este sentido, Chile opera como un laboratorio político: la manera en que estas derechas articulen una propuesta común permitirá prever dinámicas futuras en la región. De consolidarse, podrían impulsar un modelo más pragmático, menos ideologizado y con énfasis en la eficacia gubernamental, capaz de redirigir el rumbo político sudamericano.

Consecuencias para 2025 y más allá

Si la derecha chilena logra ordenar sus fuerzas tras la primera vuelta, su competitividad electoral será alta, especialmente frente a una izquierda fragmentada y debilitada por su propia gestión. El impacto excederá a La Moneda: influirá en el rol regional de Chile y en las correlaciones de fuerza de un continente donde crecen las demandas de autoridad, mérito y responsabilidad fiscal.

A la vez, la consolidación de proyectos opositores con visiones claras podría ofrecer un camino más estable para el país, reduciendo la incertidumbre y colocando el foco en soluciones concretas. La competencia entre derechas, lejos de ser un obstáculo, se configura como un proceso que puede definir un liderazgo más robusto, alineado con las prioridades ciudadanas para la próxima década.