14/11/2025 - Edición Nº1011

Internacionales

Tráfico infantil

España desarticula red que trasladaba menores desde Canarias a Francia

14/11/2025 | Una operación policial desbarató un anillo que trasladaba niños desde Canarias hacia Francia usando documentos falsos.



Una operación de la Policía Nacional logró desarticular una red internacional dedicada a trasladar menores desde las islas Canarias hacia Francia mediante documentación falsa. El caso salió a la luz después de que varios niños desaparecieran de centros estatales de tutela y se detectaran movimientos irregulares en distintas islas y en la península.

¿Qué es una red criminal?

Se denomina red criminal a un grupo organizado de personas que trabaja de manera coordinada para cometer delitos. No se trata de acciones improvisadas: cada integrante cumple un rol —falsificadores, captadores, transportistas, enlaces en otros países, encargados de la logística— y todos funcionan como una estructura que permite que el delito se repita, se oculte y genere beneficios económicos. En este caso, el anillo manejaba rutas, documentos falsificados, contactos en otros países y un sistema para mover menores sin ser detectados.

Cómo comenzó la investigación

Las primeras alertas surgieron entre finales de 2024 y mediados de 2025, cuando 14 menores desaparecieron de centros de protección en Canarias. No eran casos aislados: las ausencias tenían patrones similares y coincidían con rumores de falsificación de documentos en las islas.


La Policía Nacional desarticuló una red internacional que trasladaba menores desde Canarias hacia Francia mediante documentación falsa.

A partir de allí, la Policía rastreó teléfonos, movimientos bancarios, cámaras de seguridad y posibles trayectos marítimos y aéreos utilizados por la red. Con esos datos lograron reconstruir el funcionamiento del grupo y detectar que los niños eran trasladados primero dentro de España y luego hacia Francia.

Cómo operaba la red

La red criminal mantenía conexiones directas con intermediarios en Marruecos y Costa de Marfil, que se encargaban de captar menores vulnerables y coordinar los primeros traslados hacia Canarias. Una vez en España, otros miembros del grupo asumían el control: gestionaban la falsificación de documentos, organizaban los movimientos entre islas y preparaban el viaje hacia la península y, finalmente, a Francia. Cada integrante cumplía un rol específico —captadores, falsificadores, transportistas y coordinadores logísticos— lo que permitía que el sistema funcionara sin interrupciones durante meses.


Canarias es uno de los principales puntos de llegada de menores migrantes no acompañados, lo que incrementa la exposición a redes criminales.

El método más utilizado consistía en crear identidades falsas que permitieran presentar a los niños como hijos, sobrinos o tutelados de adultos que actuaban como “acompañantes” durante los vuelos o cruces internos. Con papeles adulterados y rutas estudiadas para evitar controles estrictos, lograban mover a los menores sin levantar sospechas.

En los allanamientos realizados en Lanzarote, los agentes encontraron pruebas clave: decenas de documentos manipulados, teléfonos con comunicaciones cifradas, computadoras usadas para generar las identidades falsas y una suma importante de dinero en efectivo. Todo ese material permitió reconstruir la magnitud de la operación y confirmar que no se trataba de acciones aisladas, sino de una estructura estable.

En total, once personas fueron arrestadas en distintas provincias. Cuatro de ellas quedaron en prisión preventiva mientras avanza la causa por organización criminal, trata de menores y falsificación documental. El resto permanece bajo investigación y con medidas restrictivas mientras se analizan sus vínculos dentro de la red.

¿Qué pasó con los niños?

No todos los menores pudieron ser localizados todavía, pero varios ya fueron encontrados y reincorporados a la tutela del Estado. Tras ser identificados, recibieron asistencia médica básica y apoyo psicológico, un protocolo habitual en casos donde puede existir estrés o riesgo emocional. Los servicios sociales trabajan ahora en reconstruir el recorrido que hizo cada uno para determinar si llegaron a salir de las islas o si fueron movidos dentro de España antes de la intervención policial.

Mientras continúa la búsqueda de quienes aún no aparecieron, también se revisan registros de los centros de tutela y movimientos de transporte para detectar posibles fallas y prevenir nuevas desapariciones. Las autoridades remarcan que los menores en situación de vulnerabilidad siguen siendo un objetivo frecuente para estas redes, especialmente en regiones con alta presión migratoria como Canarias.


Los centros de tutela del archipiélago habían alertado sobre la desaparición de varios menores, lo que activó la investigación.

Un problema creciente

Las islas Canarias se han convertido en uno de los puntos más sensibles para la llegada de menores no acompañados. En algunos momentos recientes, los centros de acogida han operado con una ocupación que superó ampliamente su capacidad, en ciertos casos por encima del 150%. Esa saturación dificulta los controles diarios y aumenta la vulnerabilidad de los niños, que pueden convertirse en objetivo de redes que buscan captar o desaparecer menores sin ser detectadas de inmediato.

A nivel nacional, el número total de menores víctimas de trata no es elevado en comparación con otros delitos, pero el riesgo en zonas de llegada masiva es mucho mayor. Las organizaciones criminales aprovechan la falta de referentes adultos, la complejidad administrativa y los momentos de desborde institucional para actuar con rapidez. Esa combinación convierte a regiones como Canarias en escenarios propicios para que este tipo de redes se muevan con mayor facilidad si no se refuerzan los mecanismos de protección.


Los investigadores reconstruyeron el funcionamiento de la red analizando teléfonos, documentos falsificados y registros de viaje.

Un alertador para Europa

El caso vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de reforzar los sistemas de protección, mejorar la coordinación entre países y fortalecer los controles documentales. También evidencia que las redes de trata trabajan como estructuras profesionales, adaptándose rápidamente a rutas con poca vigilancia.

La investigación sigue abierta: las autoridades buscan a más involucrados y continúan trabajando para localizar a los menores que aún permanecen desaparecidos.