La pesadilla de un psicólogo: tres viudos negros lo sedujeron, engañaron y apuñalaron

Alfredo todavía intenta reconstruir la noche en la que creyó que lo mataban. Psicólogo, 38 años, residente de Palermo, había vuelto a ver a un joven con el que chateaba desde hacía un mes y medio. Lo conoció a través de redes sociales, se sintió seguro tras una primera cita en un bar y aceptó el segundo encuentro en su departamento. Esa decisión derivó en un ataque brutal: tres “viudos negros” lo drogaron, lo maniataron, lo apuñalaron y lo despojaron de todos sus ahorros.

De acuerdo con el parte policial, la Policía de la Ciudad intervino a las 4.30 del 8 de noviembre en un departamento de la calle Paraguay, donde encontraron al hombre herido tras un robo violento. El SAME lo trasladó al Hospital Rivadavia con una lesión punzante en el antebrazo izquierdo, aunque sin riesgo de vida.

El encuentro había comenzado horas antes. El 7 de noviembre, Alfredo recibió en su casa al joven con quien ya se había visto una vez. Las cámaras del edificio registraron su ingreso a las 22.27. “Era una persona educada, amable, humilde y atento. Me generó confianza”, contó luego la víctima. En la aplicación, el agresor “se hacía llamar Julián Gutiérrez con perfil verificado”.

Según su relato, todo ocurrió con rapidez: el joven fue varias veces al baño y, en uno de esos momentos, habría puesto algo en su bebida. “Pestañee y cuando volví a abrir los ojos, tenía las manos atadas y una me sangraba por la fuerza de la atadura. Me maniataron con los cordones de mis zapatillas”, explicó. En ese instante empezaron los golpes y la violencia directa. “Me gritaron, entonces se puso violento y me dijo que era un trabajo”. 

A las 2.42, las cámaras captaron la salida del primer joven, quien les abrió la puerta a sus cómplices. Minutos después, ya dentro del departamento, los otros dos agresores se sumaron al ataque. Alfredo recordó que uno de ellos tomó un cuchillo de cocina: “Agarraron la plata del alquiler y ahí tomó el cuchillo de carnicería que era mío. Me quiso dar en el pecho, pero puse el brazo y me lo clavó en el antebrazo. Sacó el cuchillo, se enojó y me dijo que tenía que morir”.

Mientras estaba desnudo sobre la cama, herido y atado, vio cómo se llevaban el cofre con los ahorros de toda su vida. También le robaron la ropa, una computadora nueva y dos celulares. Antes de irse, lo apuñalaron en las piernas. A las 3.48, los tres delincuentes abandonaron la propiedad con la cabeza baja, conscientes de que una cámara registraba su salida.

El operativo policial llegó con rapidez, según destacó el propio Alfredo, quien sin embargo cuestionó la atención sanitaria posterior: “No me hicieron preguntas, test de psicología, profilaxis ni el PEP. A pesar de la contusión, no me hicieron ni una tomografía. Nunca voy a saber ni con qué me drogaron”.

La investigación continúa con el análisis de las filmaciones del edificio y el seguimiento del perfil utilizado por el agresor. Mientras tanto, Alfredo intenta recuperarse de una noche que recuerda con una frase que todavía lo persigue: “Me dijo que tenía que morir”.