14/11/2025 - Edición Nº1011

Economía

Movimiento en la Casa Blanca

Milei celebra, Trump gana: las claves del acuerdo comercial que exige más a Argentina

14/11/2025 | El texto preliminar muestra una fuerte asimetría: Argentina asume 12 compromisos y Estados Unidos solo uno. La letra chica definirá el impacto real del pacto.



Después de seis meses de negociaciones, la administración de Donald Trump y el gobierno de Javier Milei firmaron este jueves una declaración conjunta para avanzar hacia un acuerdo de cooperación comercial.

No es un tratado aún —Trump no tiene la potestad unilateral para firmarlo y parte recaerá en el Congreso— pero sí marca una decisión política: Estados Unidos quiere profundizar la relación de dominación económica con Argentina.

La Casa Blanca anunció el entendimiento el mismo día que publicó textos similares con El Salvador, Guatemala y Ecuador. La señal de Washington es clara: alineamiento geopolítico y contrapeso frente a China.

Para la Casa Rosada, el acuerdo es un triunfo político en sí mismo: logró lo que otros países siguen intentando sin éxito, un marco para reducir aranceles con la administración Trump, que está revisando toda su arquitectura comercial global con criterios más duros que en su primer mandato.

Un acuerdo marco con mucho por definirse

La declaración contiene compromisos amplios y conceptos marco, pero guarda silencio sobre la letra chica: cuotas, aranceles específicos, tiempos de implementación y compensaciones. Recién cuando se conozcan esos detalles podrá saberse quién gana y quién pierde.

Carne, aves y una industria local en guardia

Aunque el texto es general, hay concesiones concretas. Argentina abre el mercado al ganado bovino vivo estadounidense y se compromete a habilitar el ingreso de aves en el plazo de un año. Además, simplificará los procesos de registro de productos cárnicos y porcinos, algo que históricamente funcionó como barrera sanitaria.

El objetivo declarado es “mejorar las condiciones bilaterales de acceso al mercado para el comercio de carne bovina”. Pero este tema ya generó ruido en Washington: 52 congresistas enviaron una carta criticando el “salvataje del bife argentino”, recordando que la incorporación de más carne sudamericana tensiona a un sector agrícola clave para Trump.

Argentina hoy tiene una cuota de 20.000 toneladas y se deslizó que podría duplicarse reasignando cupos de otros países. La interna norteamericana recién empieza.

Propiedad intelectual, patentes y acceso farmacéutico

Estados Unidos logró incluir temas estructurales que siempre buscó negociar con Buenos Aires: propiedad intelectual —especialmente patentes farmacéuticas—, reglas más duras contra subsidios, restricciones a empresas estatales (lectura implícita a China) y un nuevo mecanismo para que productos aprobados por la FDA ingresen al país sin revalidación de Anmat o Senasa.

Para algunas industrias locales, esto es un golpe: las certificaciones locales funcionaban como diques de contención para proteger la producción nacional. El gobierno libertario lo presenta como una modernización regulatoria.

Minerales críticos, soja y el fantasma de China

Aunque China no aparece en el texto, está en el espíritu del acuerdo. Argentina se compromete a evitar que empresas estatales distorsionen mercados y a cooperar con EE.UU. en minerales críticos, clave para la industria tecnológica.
Ambos países también se comprometen —concepto ambiguo y llamativo— a “estabilizar el comercio global de soja”.

La decisión de Caputo de bajar retenciones al complejo sojero en medio de la corrida había irritado a productores norteamericanos, que temían perder mercado en China. Este compromiso aparece como una forma de ordenar tensiones.

¿Ingresos preferenciales para autos, acero, aluminio y medicamentos?

La Casa Blanca adelantó que el acuerdo daría “acceso preferencial” a exportaciones argentinas de bienes industriales y agroindustriales, incluidos medicamentos, químicos, maquinaria, IT y productos agrícolas.
A la vez, Argentina podrá importar autos con aranceles reducidos y exportar cereales, carne e incluso acero y aluminio, aunque este último punto no está confirmado.

El aluminio y el acero son un viejo reclamo: hoy enfrentan aranceles del 50% aplicados por Trump en su primera presidencia. Nada garantiza aún que se eliminen, pero el tema quedó incorporado.

Biodiésel: la duda eterna

El comunicado evita pronunciarse sobre el biodiésel, que fue el principal producto argentino exportado a EE.UU. hasta 2016 y que quedó prácticamente cerrado cuando Trump aplicó penalidades extraordinarias por considerar que las retenciones a la soja generaban “competencia desleal”.
No hay señales claras de que el veto vaya a revertirse.

Lo que viene

El texto es un puntapié inicial. Falta la letra chica, falta el aval del Congreso estadounidense, Argentino  y falta atravesar el lobby feroz de sectores industriales de ambos países.

La arquitectura general del acuerdo parece, en primera instancia, más beneficiosa para Estados Unidos que para la Argentina, con un sesgo claro a favor de los intereses estratégicos de la Casa Blanca. No es casual que, como señaló uno de los especialistas que analizó el documento, “hay 12 compromisos que asume exclusivamente la Argentina; uno que asume exclusivamente Estados Unidos"