Benny Safdie hace su debut en solitario con una película que transpira humanidad. Cruda y potente, La máquina es un relato estremecedor sobre un luchador cuyo peor enemigo fue él mismo. Para cualquier actor, interpretar a Mark Kerr sería un desafío. Sin embargo, para Dwayne Johnson el reto trascendió por completo la pantalla y se convirtió en un viaje profundamente personal.
The Rock, uno de los actores más taquilleros de Hollywood, se popularizó gracias a sagas de acción como Rápido y furioso, comedias de aventuras al estilo Jumanji o su incursión en DC con Black Adam. La máquina aparece como una de las grandes excepciones de su filmografía: una apuesta intensa, íntima y emocional. Aunque la taquilla le esté dando la espalda, la película no le quita brillo a su trabajo; al contrario, Johnson revela aquí su faceta más dramática en una de las obras más impactantes del año.
-Tu trabajo en La máquina es poderoso, profundo y muy personal. Muestra un costado dramático tuyo que no habíamos visto antes. ¿Cuáles fueron los desafíos de crear este personaje?
-Creo, Adrián, que el desafío al crear este personaje fue que se trata de alguien que parece invencible. Mark Kerr, el hombre al que interpreto, era grande, fuerte, y se movía como una chita. Pesaba casi 140 kilos. Era un espécimen atlético rarísimo, que llegó a ser, en su momento, el mejor peleador del planeta. Un sueño. Pero el problema fue que nunca había perdido una pelea, así que no tenía ninguna relación con la derrota. No sabía lo que era perder. Todos nosotros sabemos lo que es perder. Él no. Y cuando finalmente sufrió su primera derrota, nunca volvió a ser el mismo.

Peleó con sus demonios, con sus adicciones, con las sobredosis. Estuvo en una relación muy explosiva con su novia, una relación codependiente. Había drogas involucradas. Pasaban muchas cosas con este ser humano. Y el desafío, el más grande de todos, fue que se trata de un hombre real, que está vivo, y mi trabajo era meterme en su piel, convertirme en él. Y eso fue todo un reto, porque vino con mucha carga emocional. Por eso, como dijiste, es muy personal. Es muy personal para mí.
-En el podcast de Joe Rogan dijiste que alguna vez pensaste en pelear en MMA cuando estabas en la WWE. Después de interpretar a Mark Kerr... ¿qué le dirías a ese Dwayne más joven?
-Es una gran pregunta. Sí, consideré entrar al MMA allá por 1997. Hoy, después de haber interpretado a Mark Kerr en La máquina, lo que me diría a mí mismo en 1997 es: no lo hagas. No lo hagas. No porque no puedas hacerlo, porque podrías hacerlo. Y animaría a mi yo joven -y a cualquier persona- a hacer lo que deseen, pero ese es un camino muy duro. Ahora lo viví en la piel de Mark Kerr, y eso cambió mi vida. Me dio una empatía nueva hacia la lucha y los luchadores, y no quisiera eso para mi yo joven. No quisiera ese camino, porque gracias a Dios, Mark Kerr está vivo hoy después de haber combatido sus adicciones.

Y no quisiera eso para ese joven, ese yo. Pero también estoy muy agradecido de haberme convertido en Mark, él no se volvió un campeón invicto ni un millonario feliz; tuvo muchas luchas internas. Pero el Mark actual no está amargado, no es una persona mala. Está feliz, en paz. Y me alegra que haya encontrado esa paz.
Así que le diría a mi yo joven: no lo hagas. Y además, te digo la razón más grande: odio que me peguen en la cara.