Cris Morena, una de las figuras más influyentes de la industria audiovisual, enfrenta días de profunda inquietud tras reactivar una denuncia por hostigamiento contra un hombre de 51 años que la persigue desde hace años. El caso volvió a tomar estado público en Tarde o Temprano (eltrece), donde se detalló cómo este conflicto, lejos de extinguirse, regresó con fuerza en los últimos meses pese a antecedentes judiciales y medidas restrictivas que parecían haber puesto un freno.
Al parecer la situación comenzó hace más de cinco años y derivó en que la productora solicitara una orden de restricción. “En 2020 ella hizo una denuncia y este hombre, Leonardo, tenía una perimetral”, explicaron. El acusado habría aparecido en cercanías de su casa, en sus oficinas y hasta permanecía dentro de su auto vigilando sus movimientos. Tras un período en el que no se registraron incidentes, en julio volvió a presentarse en lugares frecuentados por la creadora de Chiquititas y Rebelde Way, lo que motivó esta nueva presentación judicial.
El periodista Pampa Mónaco reveló que el hombre, Leonardo, oriundo de Lanús, había sido sobreseído años atrás bajo la condición de no volver a acercarse. La denuncia señala que los seguimientos más insistentes ocurrieron entre octubre y noviembre de 2020, cuando Cris ya no podía convivir con el temor generado por estas apariciones. “Los seguimientos, las apariciones y los intentos de encontrarse ocurrían tanto en su vivienda como en sus lugares de trabajo. El hombre había estudiado a Cris Morena”, detallan los documentos judiciales.
Uno de los episodios más inquietantes se produjo en un shopping, donde se acercó y le dijo: “Hola, Cris. Necesito hablar con vos, me quiero sentar a hablar con vos”. Al confrontarlo, la productora recibió una respuesta que la dejó aún más perturbada: “¿Es una casualidad? ¿Casualidad cuando me seguiste durante años y me hiciste la vida imposible?”. Todo esto pese a una medida judicial que le prohibía acercarse a su domicilio, a su lugar de trabajo o comunicarse por cualquier vía tecnológica. En otro momento, incluso llegó a justificar su accionar asegurando: “No me parece tan grave”.
Frente a esta situación, Cris Morena optó por mantener el tema fuera de la esfera mediática. Ella y su entorno prefieren no hablar públicamente y dejar que el proceso continúe por la vía legal, a la espera de una intervención contundente que ponga fin al hostigamiento sostenido.
