18/11/2025 - Edición Nº1015

Internacionales

Justicia cruzada

Clinton vs. Trump: el escándalo Epstein desata una guerra política

16/11/2025 | La Casa Blanca exige investigar a Bill Clinton mientras el Congreso publica correos que apuntan a Trump, profundizando la disputa institucional.



El resurgimiento del caso Epstein volvió a colocar a Donald Trump y a los demócratas de la Cámara en un choque directo por el control del relato. La Casa Blanca anunció que pedirá al Departamento de Justicia investigar los vínculos de Bill Clinton, Larry Summers, Reid Hoffman y JPMorgan con Epstein, en un intento de encuadrar el escándalo como un problema del campo opositor. Al mismo tiempo, la publicación de miles de documentos relacionados con el financiero revivió preguntas sobre los encuentros que Trump mantuvo con él en los años previos a su condena.

La ofensiva legislativa del otro lado del pasillo no se quedó atrás. Los demócratas divulgaron correos en los que Epstein afirmaba que “Trump sabía sobre las chicas”, una filtración que desató fuertes acusaciones de manipulación política. Para la oposición, la transparencia es una obligación moral; para la Casa Blanca, se trata de un ataque calculado para dañar al presidente. Ambos movimientos, ejecutados casi en simultáneo, aceleraron una batalla en la que las instituciones son el escenario central.

The White House


Casa histórica y emblemática que alberga la oficina del presidente de EE.UU.

Maniobras enfrentadas

Mientras Trump busca instalar la idea de que Epstein estaba profundamente ligado al entorno demócrata, los comités legislativos insisten en que los correos recién publicados muestran inconsistencias en la narrativa oficial del mandatario. La discusión dejó de ser jurídica para transformarse en un duelo político, donde cada actor intenta blindarse resaltando las debilidades del otro. En este clima, la figura de Epstein vuelve a actuar como un catalizador de enfrentamientos más amplios sobre poder y credibilidad.

El avance del Epstein Files Transparency Act refleja esa tensión. La iniciativa, impulsada por congresistas demócratas y algunos republicanos, pretende obligar al Departamento de Justicia a liberar todos los archivos no clasificados sobre el caso. Sus promotores sostienen que la ciudadanía necesita claridad absoluta, mientras sectores republicanos temen que una divulgación masiva se convierta en un instrumento de desgaste selectivo contra el presidente.


Jeffrey Edward Epstein​ fue un magnate financiero​ y delincuente sexual estadounidense,​ conocido por sus estrechos vínculos con figuras influyentes del mundo político y empresarial. Epstein comenzó su carrera financiera en el banco de inversión Bear Stearns.

Un tablero electoral condicionado

Las revelaciones y contrarrevelaciones llegan en un año de creciente tensión política, donde cada gesto es interpretado como un movimiento estratégico. Para la Casa Blanca, insistir en investigar a Clinton y al entorno demócrata es una forma de reposicionar el foco y sostener la narrativa de persecución partidista. Para los demócratas, seguir filtrando documentos es una vía para erosionar la imagen presidencial, especialmente si emergen contradicciones entre las declaraciones de Trump y los materiales desclasificados.


Tras su muerte, salieron a la luz numerosos documentos judiciales, testimonios y demandas que revelaron la magnitud de su red internacional de explotación sexual, así como la complicidad de, entre otras personas, su pareja Ghislaine Maxwell.

La disputa, sin embargo, tiene un costo institucional. La constante utilización del caso Epstein como arma electoral alimenta un clima de desconfianza que desgasta la percepción pública sobre la justicia y la transparencia. Con elecciones legislativas en el horizonte, la probabilidad de que esta batalla determine el tono de la campaña es alta, y ambos partidos parecen dispuestos a profundizarla aun a riesgo de polarizar aún más al país.