19/11/2025 - Edición Nº1016

Internacionales

Tensiones climáticas

Indígenas bloquean la COP30: ¿puede Brasil cumplir su promesa de inclusión?

17/11/2025 | El bloqueo de la COP30 y los reclamos que recuerdan a la COP28 exponen fallas persistentes en la participación indígena dentro de la gobernanza climática.



La apertura de la COP30 en Belém quedó marcada por una irrupción inesperada: cientos de manifestantes indígenas bloquearon el acceso principal denunciando que, pese a las promesas del gobierno brasileño, la participación real de sus comunidades sigue siendo mínima. El gesto tensó de inmediato el ambiente diplomático y obligó a improvisar accesos alternativos, mientras los líderes indígenas insistían en que la Amazonia continúa siendo discutida sin que sus guardianes tengan voz efectiva en las decisiones.

El episodio remite a una queja recurrente dentro de la arquitectura climática global: la distancia entre los discursos de inclusión y las prácticas concretas. Los pueblos originarios sostienen que las grandes cumbres repiten un patrón conocido: visibilidad simbólica sin poder vinculante, incluso cuando sus territorios concentran los mayores índices de deforestación y violencia ambiental.

Belén


Belém, capital del estado de Pará, es una ciudad portuaria y la entrada a la parte baja del Amazonas en Brasil.

Reclamos en expansión

En paralelo a las protestas de Belém, resurgen comparaciones con las tensiones vividas durante la COP28 en Dubái, donde delegaciones indígenas de América Latina y el Sudeste Asiático denunciaron la falta de participación en debates sobre mercados de carbono y transición energética. En ambos escenarios, las comunidades exigieron financiamiento directo, protección territorial y representación en mesas donde se definen compromisos que afectan su subsistencia.

Esta convergencia de reclamos deja al descubierto un desafío estructural: las COP continúan operando bajo una gobernanza donde los mayores emisores conservan la mayor capacidad de decisión, mientras quienes protegen los ecosistemas críticos quedan relegados. La sensación de exclusión ha impulsado un clima de movilización transnacional que se amplifica cada año y presiona a los gobiernos anfitriones.


Indígenas bloquean la COP30 y reabren la disputa por su rol real en la gobernanza climática.

Un dilema para Brasil

La protesta en Belém plantea un problema político para el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que prometió hacer de la COP30 un hito de participación indígena. Si bien funcionarios afirman que habrá espacios inéditos de diálogo, los colectivos mantienen dudas sobre la eficacia real de las medidas. La persistencia de invasiones ilegales, minería contaminante y asesinatos de líderes territoriales alimenta ese escepticismo.


Protestas en Belém exponen fallas de representación indígena en las cumbres climáticas.

El desafío es mayor porque Brasil buscaba presentarse como líder en la transición climática global. Sin embargo, el contraste entre el discurso internacional y las tensiones internas podría erosionar esa narrativa si no se traducen compromisos en acciones verificables. Las protestas en Belém y los ecos de Dubái muestran que, sin inclusión efectiva, la legitimidad de las cumbres climáticas seguirá en disputa.