18/11/2025 - Edición Nº1015

Internacionales

Clima extremo

Tormenta Claudia: tres muertos en Portugal y graves inundaciones en Reino Unido

16/11/2025 | Una profunda borrasca azotó el oeste de Europa dejando víctimas, daños y alertas meteorológicas



Una potente tormenta bautizada como Claudia impactó esta semana el sudoeste europeo y el Reino Unido, dejando al menos tres personas fallecidas en Portugal, decenas de heridos, y graves inundaciones en Gales e Inglaterra que movilizaron rescates, evacuaciones y alertas de emergencia.

En Portugal, los equipos de rescate hallaron el cuerpo de una pareja de edad avanzada en su vivienda inundada en la localidad de Fer­não Ferro, cerca de Lisboa; las autoridades indicaron que habrían quedado atrapados mientras dormían, al elevarse el nivel del agua durante la noche. Al mismo tiempo, en la región del Algarve, una violenta racha de viento —descrita como un fenómeno similar a un tornado— azotó un camping en Albufeira: allí murió una mujer británica de 85 años y resultaron heridas 28 personas, dos de ellas con lesiones graves. Las alertas naranjas y ámbar —niveles altos de advertencia meteorológica— se activaron en las regiones de Faro, Setúbal y Beja ante lluvias torrenciales, vientos y olas de gran altura.


El río Severn desbordó sus márgenes en Montford Bridge, cerca de Shrewsbury, anegando caminos y áreas residenciales.

Fuentes oficiales registran unas 2.400 intervenciones en Portugal entre la tarde del miércoles y la mañana del viernes, vinculadas a inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra, árboles caídos y cortes viales.

Al avanzar hacia el Reino Unido, la borrasca Claudia provocó inundaciones severas en el sureste de Gales, especialmente en la localidad de Monmouth, donde un río cercano rompió sus márgenes y arrastró casas, vehículos, calles y servicios públicos. Las autoridades del gobierno galés declararon un “incidente mayor”, ya que el agua comprometió hogares, transportes y redes eléctricas. En Inglaterra, se contabilizaron más de 49 avisos activos de inundación y 134 alertas por riesgo de crecidas. Los órganos meteorológicos británicos informaron que algunas zonas podrían haber recibido en 24 horas más de lo que normalmente caería en un mes de lluvia.

Este tipo de fenómenos extremos no son inéditos en Europa: tormentas profundas como la Storm Xynthia (febrero 2010) habían dejado en su paso decenas de muertos, daños multimillonarios, y evacuaciones masivas en Francia, Portugal y España, evidenciando la vulnerabilidad de zonas costeras y de llanos fluviales a lluvias intensas y vientos huracanados.

El desarrollo de Claudia estuvo favorecido por una combinación de factores: una baja presión atlántica que absorbió humedad del mar, vientos muy fuertes que potenciaron la lluvia horizontal y el desbordamiento de ríos saturados, y su desplazamiento lento, que permitió acumular grandes cantidades de agua en poco tiempo. En Portugal, el servicio meteorológico indicó que se esperaban olas de entre cuatro y cinco metros en la costa, lo que agrava el riesgo de inundaciones.


Equipos de rescate evacúan a residentes en gomones tras las inundaciones provocadas por la tormenta.

Las consecuencias materiales y humanas aún se están cuantificando, pero el episodio plantea preguntas urgentes sobre la adaptación al cambio climático, la planificación urbana costera, y la gestión de alertas tempranas. Los hogares afectados en Portugal quedaron aislados por carreteras colapsadas, mientras en Reino Unido, se evalúa el impacto sobre infraestructura de drenaje, red eléctrica y redes de transporte.

La mañana siguiente al paso de la tormenta, en localidades como Ewyas Harold y Monmouth, al sudeste de Gales, equipos municipales, bomberos y voluntarios iniciaron una intensa operación de limpieza. Mientras maquinaria pesada retiraba lodo, ramas y escombros acumulados tras la crecida del río, operarios restablecían el suministro eléctrico y despejaban rutas interrumpidas para permitir el acceso de ayuda, alimentos y agua potable. Las autoridades locales declararon que en algunas zonas aún persiste el riesgo de nuevas crecidas, por lo que los trabajos se centran también en evitar que el agua stagnada provoque daños adicionales.


Vecinos con botas y palas colaboran en la limpieza de viviendas parcialmente anegadas en Ewyas Harold, junto a la frontera Inglaterra-Gales.

Los residentes afrontan ahora la doble tarea de reparar sus viviendas afectadas y planificar posibles eventos similares en el futuro. En Monmouthshire, el gobierno regional anunció un fondo de ayudas para pequeños comercios y hogares que perdieron enseres por el agua, mientras ingenieros evalúan la resistencia de las defensas fluviales y la red de drenaje para reforzar la zona. A su vez, los servicios meteorológicos británicos emitieron una advertencia de descenso brusco de temperaturas, lo que añade un nuevo desafío en medio de la recuperación.

Para la población común, el llamado es a extremar la precaución: respetar las alertas meteorológicas, evitar zonas ribereñas en subida de agua, no transitar por calles anegadas, y prepararse para posibles cortes de electricidad o desabastecimientos puntuales. La tormenta Claudia deja tras de sí una estela de severos daños en dos países europeos: tres vidas perdidas en Portugal, cuantiosos heridos, y comunidades británicas que hoy enfrentan la limpieza, reparación y la pregunta inevitable: ¿estamos preparados para el próximo gran impacto?