La crisis del 2001 no termina para la UCR. Se mantiene competitiva en varias provincias, pero no pesa en el escenario nacional.
Un repaso de las elecciones presidenciales desde el 2003 da cuenta de un panorama desolador para el partido centenario.
En aquel 2003, el radicalismo quedó en sexto lugar. De luchar cabeza a cabeza con el peronismo, a ser un completo actor de reparto. Leopoldo Moreau sacó solo el 2,34%. La crisis económica y la gestión de Fernando de la Rúa estaban muy frescas.
Hacia el 2007, los radicales llegaron con fracturas. Algunos se habían sumado al Frente para la Victoria en la llamada “transversalidad” que propiciaba Néstor Kirchner. De hecho, Julio Cobos fue el candidato a vice de Cristina Kirchner.
Formalmente, el partido fue el eje del frente “Una Nación Avanzada”, pero el candidato no fue de origen radical, sino 'importado': Roberto Lavagna, que había sido el ministro de Economía de Eduardo Duhalde y de Kirchner en sus primeros dos años.

Lavagna cosechó el 17% y quedó en tercer lugar, detrás del 45% de Cristina y del 23% de Elisa Carrió. La UCR mejoraba su producción, pero gracias a un candidato que no era de su riñón.
De cara a las elecciones del 2011, el radicalismo volvía a sufrir el mismo problema: la incapacidad de tener un posible candidato competitivo a nivel nacional. Finalmente, el elegido fue Ricardo Alfonsín. Tenía apellido pesado y una elección 2009 en PBA bastante aceptable junto a Margarita Stolbizer: 21%.
En los papeles, Alfonsín y Eduardo Duhalde pugnaban por el segundo puesto en las PASO para poder polarizar con Cristina en la elección general y alcanzar el balotaje. El resultado de las primarias desestimó ese escenario: ambos fracasaron y el Frente para la Victoria ganó con el 54%. Alfonsín orilló el 11% y quedó tercero. Fue superado por el socialista Hermes Binner.
En el 2015, la UCR pegó otro volantazo y conformó Cambiemos junto al PRO y la Coalición Cívica. Hubo una PASO simbólica entre los tres fundadores del espacio, aunque era claro que ganaría Mauricio Macri. El radical Ernesto Sanz apenas superó el 3% y perdió ampliamente contra el ingeniero.

Con Cambiemos, y luego Juntos por el Cambio, la UCR logró sostener un aceptable caudal legislativo y tuvo buenas performances a nivel provincial. Sin embargo, siguió con la sequía nacional.
En el 2019, no tuvo candidato propio: Macri fue el postulante único de Cambiemos. Tampoco se animaron en el 2023. Amagaron Gerardo Morales y Facundo Manes, pero declinaron. El jujeño secundó a Horacio Rodríguez Larreta, y el neurocirujano prescindió de candidaturas y completó sus últimos dos años en Diputados.
El 2027 será fundamental para la UCR. Si no encuentra un candidato presidencial competitivo, peligrará aún más su ya escueto caudal parlamentario.
FA