19/11/2025 - Edición Nº1016

Internacionales

Contrastes simbólicos

La música como herramienta política: los casos de Nicolás Maduro y Barack Obama

18/11/2025 | Maduro canta "Imagine" y Obama entonó "Amazing Grace": dos estrategias que usan íconos musicales para moldear el sentido de momentos críticos.



El reciente acto de Nicolás Maduro en Miranda, donde interpretó un fragmento de "Imagine", reabrió el debate sobre cómo los líderes utilizan símbolos culturales para reconstruir su narrativa en tiempos de tensión. El gesto, ocurrido mientras aumentaban las fricciones con Estados Unidos, circuló rápidamente en redes y noticieros, resaltando la intención del mandatario venezolano de presentarse como defensor de la paz ante un escenario internacional adverso. Este episodio no solo despertó atención mediática, sino que también reubicó al chavismo en una estrategia de comunicación profundamente emocional.

Este tipo de intervenciones no son nuevas en la política global. Un caso emblemático fue el de Barack Obama, quien en 2015 sorprendió al cantar "Amazing Grace" durante el funeral de las víctimas de la masacre de Charleston. Allí, frente a miles de asistentes, transformó un discurso sobre racismo y violencia armada en un mensaje de unidad y memoria. Ambos hechos, separados por contextos y estilos opuestos, muestran cómo la música puede operar como herramienta política para canalizar tensiones y reforzar posiciones.

Venezuela 


Venezuela es un país de la costa norte de América del Sur, con diversas atracciones naturales.

Simbolismo en disputa

En Venezuela, el contexto marcó la recepción del gesto de Maduro: la llegada del portaaviones estadounidense al Caribe y el aumento de acusaciones cruzadas crearon un clima donde la apelación a John Lennon buscó contrarrestar la narrativa de confrontación. El énfasis en la palabra "peace" y la evocación de un himno universal funcionaron como un intento de reforzar la imagen del país como víctima de hostigamiento externo. En contraste, el acto de Obama situó la música dentro de un duelo nacional, ensamblando religión, política y crítica social en un mismo escenario.

Las canciones elegidas también cumplen papeles distintos. Mientras "Amazing Grace" tiene raíces en la tradición religiosa afroamericana y en la lucha por los derechos civiles, "Imagine" representa un idealismo global que trasciende contextos nacionales. Ambos líderes buscaron apropiarse de esa carga simbólica para enmarcar crisis: uno para confrontar el racismo estructural; el otro para reposicionarse ante la presión internacional. El uso estratégico de íconos culturales revela cómo la música se convierte en mensaje político.

Lecturas contrapuestas

Las interpretaciones externas amplificaron las diferencias entre ambos gestos. En Estados Unidos, la intervención de Obama fue analizada como un punto alto de su retórica presidencial, uniendo emoción y política pública. En Venezuela, la acción de Maduro fue leída de manera más polarizada: para sus seguidores, una afirmación de paz; para sus críticos, un uso contradictorio de una canción asociada a valores democráticos y libertarios. La distancia entre recepción interna e internacional evidencia cómo los símbolos no viajan intactos.

Aun así, ambos episodios comparten un elemento central: la búsqueda de legitimidad moral en momentos de fragilidad o crisis. La música les permite a los líderes anclar un relato emocional que supera la racionalidad política, intentando conectar con públicos amplios y moldear memorias colectivas. Desde lugares distintos, Obama y Maduro muestran que, en tiempos de incertidumbre, los himnos pueden convertirse en herramientas para disputar el significado de los acontecimientos.