El Gobierno decidió acelerar el traspaso de Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD) a Catamarca y Tucumán, en un gesto político que se monta sobre la negociación más sensible de la gestión: la aprobación de las reformas y del Presupuesto 2026.
Según confirmaron fuentes oficiales, el gobernador Raúl Jalil visitó este lunes la Casa Rosada para reunirse con la secretaria Legal y Técnica, María Ibarzábal. El encuentro funcionó como una señal de avance en la ley convenio que habilitaría a las provincias a recibir regalías, ingresar a futuras sociedades y participar de las ganancias derivadas de la renta minera.
“Las tratativas están avanzadas en un 70%”, resumió una fuente del Ejecutivo. Pero el acuerdo tiene un componente técnico que vuelve el expediente más complejo: para concretar la transferencia, deben alinearse Catamarca, la Nación y la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), que reclama un rol central por haber sido la exploradora original de las principales vetas.
Desde Catamarca reconocen esa participación, aunque remarcan un matiz: “Vamos miti miti porque ellos descubrieron, pero en nuestra tierra, con autorización nuestra”. El reparto, claro, no está cerrado.
La presencia de Jalil en Balcarce 50 significó también un movimiento político. Según pudo saber este medio, el mandatario comunicó al Gobierno que sus diputados abandonarán el bloque de Fuerza Patria, un dato clave en el tablero legislativo en pleno conteo de votos.
La discusión entre Catamarca y Tucumán pasa ahora por definir qué porcentaje le corresponderá a cada una en la futura estructura. Desde Catamarca sostienen que la mayor parte de los Yacimientos debería quedar bajo su órbita porque los recursos naturales pertenecen a la provincia.
“El Estado nacional ya tiene una ganancia al cobrar impuestos como IVA, Ingresos Brutos o Ganancias”, deslizaron.
Más allá de los porcentajes, ambas jurisdicciones coinciden en un objetivo: que el Gobierno nacional se desprenda de YMAD. Ese traspaso, aseguran, permitiría “dialogar mano a mano con las empresas mineras, asociarnos y acelerar el paso hacia proyectos activos, tanto metalíferos como de litio”, explicó una persona involucrada en las negociaciones.
En el Ejecutivo admiten que el movimiento aparece en un momento deliberadamente estratégico: con las reformas aún abiertas y el Presupuesto pendiente de dictamen, cada voto vale. Y la salida de YMAD del control nacional opera como una ficha más en el tablero de acuerdos que el Gobierno busca cerrar con gobernadores y bloques provinciales para evitar sorpresas en el recinto.