Axel Kicillof tiene un objetivo claro rumbo a fin de año: conseguir la aprobación del Presupuesto 2026, la Ley Fiscal-Impositiva y el pedido de endeudamiento.
Es una revancha. En el cierre del 2024 también lo había intentado, pero naufragó. Hay un elemento clave: Kicillof necesita aglutinar a toda la tropa. Si el bloque de Unión por la Patria sufre fisuras, la aprobación será imposible. Una condición necesaria, aunque no suficiente.
Por lo pronto, este martes tuvo una buena noticia. El Presupuesto y la Ley Fiscal-Impositiva se despacharon y hubo un apoyo muy especial: el de Micaela Olivetto.
La joven de Chacabuco pertenece a las filas de La Cámpora. En este primer test, al menos, el cristinismo no bloqueó el avance del proyecto. También lo apoyó Avelino Zurro, el hermano del intendente de Pehuajó, referenciado en el sector más puro del kirchnerismo.

Como suele suceder en todas las discusiones por el Presupuesto, los intendentes resultan fundamentales. Allí será clave que el entorno del gobernador pueda contentar a los mandatarios camporistas y radicales.
Desde la UCR, la Coalición Cívica, el PRO y La Libertad Avanza también agregan la cuestión impositiva al menú de críticas. Hacen foco en reducir Ingresos Brutos y limitar los incrementos en el Impuesto Inmobiliario.
El recambio legislativo para Kicillof es un arma de doble filo. Por un lado, la buena performance del 7 de septiembre posicionó al peronismo con un buen caudal en ambas cámaras, pero también es cierto que habrá un crecimiento fuerte de LLA a expensas de otros grupos más “dialoguistas”.
Por eso, la idea del gobernador es tener todo listo en el corto plazo para que los tres proyectos no se mezclen con los preparativos de la Navidad.
FA