03/12/2025 - Edición Nº1030

Internacionales

Futuro político

Los desafíos políticos en América Latina según Machado y Enríquez-Ominami

19/11/2025 | Los proyectos para Venezuela y Chile emergen como relatos opuestos sobre cómo reconstruir países en crisis profundas.



El lanzamiento del manifiesto de María Corina Machado, redactado desde la clandestinidad, reactivó el debate sobre la transición venezolana y la posibilidad de un país reconstruido tras años de autoritarismo. El documento coloca a Venezuela ante un "umbral de una nueva era" y reivindica la libertad como motor de cambio, mientras acusa al régimen de crímenes y represión sistemática. Su mensaje busca articular una visión que combine libre mercado, retorno masivo de la diáspora y justicia para las víctimas.

Al mismo tiempo, el programa presidencial de Marco Enríquez-Ominami en Chile propone un camino distinto para superar el estancamiento productivo y la desigualdad creciente. Desde un contexto democrático, presenta un proyecto donde el Estado y el mercado deben actuar como aliados estratégicos para reactivar el crecimiento, impulsar la innovación y modernizar sectores clave. Su narrativa pretende reordenar las bases de un modelo que, según el diagnóstico, perdió dinamismo y competitividad.

Venezuela


Venezuela es un país de la costa norte de América del Sur, con diversas atracciones naturales. A lo largo de su costa en el Caribe, hay islas turísticas tropicales, entre ellas la Isla de Margarita y el archipiélago Los Roques.

Contrastes programáticos

A pesar de surgir en escenarios tan dispares, ambos documentos comparten elementos que buscan reposicionar a sus países en un nuevo ciclo histórico. Tanto Machado como Enríquez-Ominami parten de un diagnóstico de crisis estructural, describiendo a sus naciones en un punto de quiebre que exige reformas profundas. Sin embargo, mientras la dirigente venezolana plantea una ruptura con un régimen autoritario, el chileno apuesta por una reconfiguración institucional y económica desde dentro de la democracia.

Las diferencias se vuelven más claras cuando se observa la función del Estado y el rol del mercado. Machado defiende una estrategia centrada en el libre mercado y en una retirada del Estado hacia funciones esenciales, confiando en la energía, la inversión externa y la propiedad privada como motores del renacimiento económico. Enríquez-Ominami, en cambio, sostiene un capitalismo regulado, con un Estado que coordina, planifica e impulsa sectores estratégicos como la minería verde, la innovación tecnológica y el desarrollo territorial.

Proyecciones regionales

Este cruce de visiones revela un síntoma más amplio: América Latina vive una disputa por los sentidos del futuro, donde la estabilidad democrática, la recuperación económica y la recomposición social se convierten en los ejes de legitimidad política. Las propuestas muestran que los países no solo buscan crecer, sino redefinir qué tipo de contrato social quieren construir en las próximas décadas.

En ese contexto, el contraste entre una Venezuela que aspira a salir del autoritarismo y un Chile que intenta corregir su modelo económico refleja la diversidad de los desafíos regionales. Ambos proyectos, aunque incompatibles entre sí, apuntan a una misma premisa: la necesidad de imaginar un horizonte común tras la crisis. Ese ejercicio, todavía incierto, será determinante para el rumbo político de los próximos años.