Santiago Bausili, presidente del BCRA, no improvisa. Cada vez que habla, mide. Por eso, cuando ayer tomó la palabra en el 30° Simposio de Amigos de la Universidad de Tel Aviv, el mercado escuchó con más atención de la habitual. No era un discurso más: era un mensaje dirigido, casi quirúrgico, a quienes le reclaman al Banco Central acelerar la acumulación de reservas.
La frase que quedó resonando fue lapidaria:“No voy a salir a comprar dólares como un delirante.”
La apuntó a economistas que, según él, “están comprados y perdiendo plata”, y que presionan para que el tipo de cambio suba artificialmente. Pero la discusión va mucho más allá del estilo: Bausili planteó un giro conceptual en cómo entiende el Gobierno la política de reservas.
Lo que dijo realmente: no cualquier dólar, no de cualquier forma
El presidente del BCRA dejó dos ideas centrales:
En otras palabras: no habrá emisión descontrolada para comprar divisas si antes no aparece una demanda genuina de pesos. El Banco Central quiere evitar repetir una dinámica conocida: emitir para comprar reservas, y que esos pesos sobrantes terminen alimentando una corrida.
El punto incómodo: cómo se acumulan reservas sin generar inestabilidad
Es cierto —y Bausili también lo sabe— que existe consenso en que el país necesita reservas. Pero lo que él puso sobre la mesa es la parte incómoda: el mecanismo importa.
Comprar reservas en el mercado cambiario implica emitir pesos. Y emitir pesos, en un país que recién está intentando recuperar confianza en su moneda, puede ser combustible para un salto cambiario si la demanda de pesos no acompaña. Por eso selló una condición:“La compra de dólares estará atada a la demanda de pesos; no vamos a forzar nada.”
La puerta financiera: Milei y la estrategia del Tesoro
El otro canal posible es el financiero. Milei lo dijo con su habitual franqueza:“Si conseguimos acceso a los mercados, no precisamos acumular tanto: repagamos la deuda con nuevos títulos.”
Esto implica que el Tesoro podría volver a emitir deuda en dólares, traer esos fondos y venderlos al BCRA. De esa manera, el Central engorda reservas sin comprar en el mercado y sin impactar el tipo de cambio.
El problema: Argentina ya recorrió ese camino. 2016 y 2017 son el recuerdo más cercano. Entraron dólares, sí, pero a costa de un ciclo de endeudamiento insostenible y expuesto a las fluctuaciones y el humor de los inversores.
Arriazu y una señal
El economista Ricardo Arriazu, muy escuchado en el oficialismo, escribió en Clarín: “La acumulación de reservas no tiene por qué venir solo por la cuenta corriente”.Fue leído como un guiño explícito.

No a un regreso a la bicicleta financiera, pero sí a un modelo donde la cuenta financiera tenga un rol más relevante en la recomposición del balance del BCRA.
Mientras tanto, los dólares ya están entrando por otra puerta
Más allá de la discusión conceptual, la realidad muestra que los dólares financieros ya están llegando. Y en volúmenes significativos:
Total reciente: emisiones privadas y de CABA ya suman más de USD 3.500 millones, y en pocas semanas superarán los USD 5.000 millones cuando entren provincias y más firmas.
Buenos Aires emitió deuda en el mercado internacional a una de las mejores tasas de su historia.
— Jorge Macri (@jorgemacri) November 18, 2025
Buscábamos 600 millones de dólares y recibimos ofertas por casi el triple, con un 82% de inversores internacionales.
Es una gran noticia para la Ciudad y para nuestro país; es… https://t.co/KTn9ISdTIT
Estos ingresos explican la mayor oferta de dólares en el MLC y la capacidad del BCRA de comprar dólares