25/11/2025 - Edición Nº1022

Internacionales

Tensiones comerciales

¿Por qué el Mercosur sigue detenido? La clave está en Francia

19/11/2025 | La Unión Europea exhibe dos ritmos opuestos: un acuerdo bloqueado por exigencias agrícolas y otro impulsado por la urgencia geopolítica.



La política comercial de la Unión Europea transita un momento de contrastes marcados, donde América Latina vuelve a ocupar un rol central. El acuerdo con Mercosur, cerrado técnicamente tras décadas de negociación, permanece detenido por las objeciones francesas en torno a estándares ambientales y competencia agrícola. En paralelo, la modernización del pacto con México se reactivó con fuerza, alentada por la necesidad europea de diversificar socios y reducir vulnerabilidades externas.

La presión francesa exige que las importaciones desde Mercosur cumplan cláusulas espejo, salvaguardas rápidas y controles estrictos, condiciones que han tensado la discusión interna en Bruselas. Mientras tanto, el entendimiento con México avanza como un expediente más estable políticamente, gracias a un equilibrio mayor entre acceso a mercados, servicios, compras públicas e integración industrial. La diferencia de tracción entre ambos acuerdos revela conflictos estructurales dentro de la UE.

Latinoamérica 


América Latina o Latinoamérica​ es un término ambiguo​ y constructo político​​​​​ que alude al conjunto de países de América donde predominan las lenguas romances, concretamente la española, portuguesa y francesa.​

Presiones agrícolas

La resistencia europea frente al pacto con Mercosur se concentra en sectores como carne bovina, pollo y azúcar, percibidos como vulnerables ante la entrada de volúmenes competitivos desde Sudamérica. Francia sostiene que sin garantías regulatorias equivalentes existe un riesgo real de desplazamiento productivo y pérdida de márgenes para los agricultores europeos. Este frente interno convirtió al acuerdo en un punto de fricción que difícilmente se resolverá a corto plazo.

Por contraste, la negociación con México ganó impulso tras ajustes en energía, automoción y acceso agroindustrial, articulando un reparto de beneficios más claro para ambas partes. La UE obtiene ventajas en servicios e indicaciones geográficas, mientras México amplía su margen en exportaciones y en la integración a cadenas de valor europeas. La menor resistencia social permite un avance político sostenido y con expectativas de cierre.

Nuevo equilibrio europeo

La divergencia entre ambos acuerdos refleja una tendencia creciente dentro de la UE: avanzar solo con tratados que no activen conflictos intensos en sectores productivos sensibles. En esta lógica, México se consolida como el modelo de apertura posible, donde los acuerdos se diseñan con gradualidad regulatoria y costos internos más moderados.

Para Sudamérica, el bloqueo persistente del pacto con Mercosur proyecta una señal ambigua sobre la prioridad estratégica que Europa otorga a la región. En un entorno global marcado por la competencia entre China y Estados Unidos, el retraso europeo puede traducirse en una pérdida de influencia. El contraste con México muestra que la política comercial del bloque responde tanto a su geoeconomía como a su equilibrio doméstico.