23/11/2025 - Edición Nº1020

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“No tienen nada”: la arenga que encendió a Haití antes de clasificar al Mundial

20/11/2025 | Con una arenga visceral de su capitán Duckens Nazon en el vestuario, Haití venció 2-0 a Nicaragua en Puerto Príncipe y selló su regreso al Mundial después de 52 años, en una clasificación que se convirtió en símbolo de unidad nacional. El futbolista apeló a la emoción por la difícil situación que atraviesa su país.


por Sebastián Muzi


Minutos antes de enfrentar a Nicaragua en el estadio Sylvio Cator de Puerto Príncipe, el capitán haitiano Duckens Nazon reunió a sus compañeros en el vestuario y lanzó una arenga que ya forma parte de la historia del fútbol caribeño. “No tienen nada. Nosotros tampoco. Pero tenemos algo más fuerte: el corazón, el deseo, el país entero detrás”, gritó, en un mensaje que recorrió redes sociales y medios internacionales tras la victoria por 2-0 que selló el boleto mundialista.

El partido se jugó a puertas cerradas por la crisis de seguridad que atraviesa Haití, pero la emoción se trasladó a las calles de Puerto Príncipe, donde miles celebraron con fuegos artificiales y cánticos. Nazon, delantero del Esteghlal de Irán, ingresó en el primer tiempo y disputó 58 minutos, pero su rol como líder fue mucho más allá de lo futbolístico: encendió la llama de un equipo que entrena disperso por el mundo y que apenas se reúne días antes de cada ventana FIFA.

Haití no clasificaba a una Copa del Mundo desde Alemania 1974, y esta vez lo logró en condiciones extremas: sin partidos en casa con público, con concentraciones mínimas y jugadores que deben viajar desde distintos continentes. La victoria ante Nicaragua, sumada al empate entre Honduras y Costa Rica, selló una hazaña que muchos califican como “milagro futbolero”.

La arenga de Nazon no solo encendió al equipo: se convirtió en un símbolo de unidad nacional. “Necesitamos alegría y desbloquear el país”, dijo un hincha a la AFP, reflejando cómo el fútbol ofreció un respiro en medio del caos. Haití vuelve al Mundial después de 52 años, y lo hace con un mensaje que trasciende lo deportivo: la fuerza de creer incluso cuando todo parece perdido.