20/11/2025 - Edición Nº1017

Política

Tragicomedia

El Gobierno prefiere chicanas infantiles mientras descuida un área clave de la identidad nacional

20/11/2025 | El posteo de Bullrich celebrando la última tanda de DNI con su firma dejó en evidencia la liviandad del gabinete en plena disputa por el Renaper. En vez de discutir el servicio a la ciudadanía, los documentos se transforman en un chiste interno.



En medio de la reconfiguración interna del gabinete y tras la decisión presidencial de ubicar el Renaper bajo la órbita del Ministerio del Interior, Patricia Bullrich sorprendió con un posteo que pareció más una burla que una comunicación oficial. La ministra de Seguridad y senadora electa subió a X un mensaje celebrando que "se agotará" la última tanda de DNI emitidos con su firma, en un gesto que profundizó la imagen de infantilización de un área crítica del Estado.

“DNI: BULLRICH VERSION. EDICIÓN LIMITADA. SIN STOCK”, escribió, como si presentara un lanzamiento especial de un producto coleccionable. Acto seguido agregó: “Si la última semana te hiciste un DNI nuevo, lo vas a tener firmado por mí. Cuidalo, no lo pierdas. Es una edición limitadísima”. Y cerró con una chicana dirigida a Diego Santilli, ahora responsable del Renaper: “Ahora le toca al Colo”.

El mensaje, lejos de pasar inadvertido, expuso con mayor claridad la disputa interna por el organismo encargado de registrar la identidad de los ciudadanos. Lo que debería ser un área regida por criterios de eficiencia, modernización y servicio público se terminó convirtiendo en terreno de chicanas personales, fotos implícitas de poder y reacciones que trivializan una función esencial del Estado.

El contraste es señalado incluso por actores del propio oficialismo: mientras se habla de reorganización administrativa, simplificación y profesionalización del Estado, la documentación de millones de personas —su identidad, su acceso a trámites, su capacidad de movilidad, su vínculo con el sistema estatal— queda presentada como una anécdota en clave de broma.

El posteo de Bullrich terminó de evidenciar una liviandad que ya venía asomando dentro del Gobierno: el Renaper, un organismo clave que requiere inversión, tecnología y ordenamiento, es tratado como una pieza simbólica en la interna libertaria, más atento a quién firma los documentos que a la calidad del servicio que recibe la gente.

Mientras tanto, en las oficinas del Renaper y en los centros de documentación de todo el país, los ciudadanos continúan enfrentando turnos escasos, demoras y trámites que muchas veces no encuentran resolución. El tono celebratorio de una “edición limitada” de DNI, lejos de aportar claridad, refuerza la idea de que para algunos funcionarios el poder importa más que el funcionamiento.