23/11/2025 - Edición Nº1020

Internacionales

Agua urbana

Pesticidas y fármacos contaminan ríos de Costa Rica: ¿cómo afecta a nuestra salud?

20/11/2025 | Un doble hallazgo revela que pesticidas y microcontaminantes farmacológicos escapan del tratamiento convencional y alcanzan cuerpos de agua sensibles.



En Costa Rica, nuevas investigaciones han expuesto que pesticidas y residuos farmacológicos están atravesando sin obstáculos las plantas de tratamiento de aguas residuales del Valle Central. Lo que inicialmente parecía un problema circunscrito al ámbito agrícola ahora se confirma también en entornos urbanos, donde usos domésticos y comerciales liberan compuestos que las infraestructuras existentes no están preparadas para eliminar por completo.

Los estudios identificaron 29 pesticidas, cinco de ellos nunca antes vistos en aguas residuales urbanas, y la persistencia de cerca de 70 fármacos, muchos clasificados como de alto peligro ambiental. En varias plantas, incluso se observó que la concentración de ciertos pesticidas aumentaba tras el tratamiento, un indicio de procesos químicos que liberan sustancias desde los sólidos o las transforman durante el ciclo de depuración.

Costa Rica 


Costa Rica es un país de América Central con una geografía accidentada, que incluye bosques tropicales y costas en el Caribe y el Pacífico. Aunque su capital, San José, es hogar de instituciones culturales, como el Museo del Oro Precolombino, Costa Rica es conocida por sus playas, sus volcanes y su biodiversidad. Aproximadamente un cuarto de su área corresponde a selvas protegidas, repletas de fauna, como el mono araña y los quetzales.

Contaminación combinada

Los dos hallazgos muestran un patrón convergente: la infraestructura de saneamiento de Costa Rica fue diseñada para un agua residual "común" que ya no existe. Tanto los pesticidas como los fárrmacos actúan como contaminantes emergentes cuyo comportamiento no había sido previsto al momento de construir o actualizar las plantas. Esto genera un punto ciego regulatorio y técnico que se vuelve más profundo conforme aparecen nuevas moléculas en el mercado.

A ello se suma que menos del 15% de la población está conectada a plantas de tratamiento modernas, lo que amplifica la vulnerabilidad ambiental. La combinación de residuos químicos urbanos, agroindustriales y domésticos crea una mezcla difícil de depurar bajo las tecnologías convencionales, que no cuentan con protocolos específicos para estas sustancias.


El río Grande de Térraba es el río más grande de Costa Rica. También es conocido como río Diquís, ​que en la lengua boruca significa «agua grande». Paralelamente el nombre Térraba se refiere a la comunidad indígena del mismo nombre que vive en sus orillas.

Implicaciones estratégicas

El avance de esta contaminación química plantea un desafío estratégico para la política pública costarricense. La creciente presencia de sustancias por encima de límites seguros para la vida acuática obliga a repensar la normativa ambiental, así como los modelos de financiamiento y reconversión tecnológica de las plantas de tratamiento. La evidencia apunta a que el país necesita ampliar tanto su capacidad de monitoreo como la precisión de sus estándares.


Pesticidas y fármacos escapan al tratamiento y contaminan ríos del Valle Central.

Por otra parte, este fenómeno revela un problema más amplio: la relación entre hábitos urbanos, uso doméstico de pesticidas, consumo farmacológico y los límites del saneamiento tradicional. La experiencia costarricense sugiere que la región enfrenta un nuevo frente de contaminación que exige inversiones sostenidas, diagnósticos más rigurosos y marcos regulatorios actualizados para evitar impactos permanentes en los ecosistemas.