26/11/2025 - Edición Nº1023

Internacionales

Presión inflacionaria

Aumento del salario mínimo: ¿Colombia y México caminan hacia la inflación?

21/11/2025 | Ambos países enfrentan alzas salariales en contextos de precios elevados, reabriendo el debate sobre indexación, empleo y credibilidad macroeconómica.



El debate sobre el aumento del salario mínimo en Colombia se desarrolla en un escenario donde la inflación volvió a superar el 5%, tensionando la estrategia del Banco de la República y revelando la dificultad para reconducir los precios al rango meta. En medio de este panorama, el Gobierno propone un ajuste que supera la variación anual del IPC, lo que ha reactivado preocupaciones sobre posibles efectos de indexación y presiones sobre tarifas reguladas y costos empresariales.

Al mismo tiempo, México avanza en una ruta distinta pero igualmente desafiante: allí, la reforma constitucional que garantiza que el salario mínimo nunca crezca por debajo de la inflación ha convertido la revisión anual en un instrumento político y social central. Las alzas aprobadas en los últimos años han elevado de forma significativa el ingreso real, pero también han generado debates sobre su impacto en la estructura productiva y en la capacidad para contener nuevas presiones de precios.

Colombia


Colombia es un país del extremo norte de Sudamérica. Su paisaje cuenta con bosques tropicales, las montañas de los Andes y varias plantaciones de café. En Bogotá, su capital a gran altura, el distrito Zona Rosa es famoso por sus restaurantes y tiendas. Cartagena, en la costa del Caribe, tiene una Ciudad Antigua colonial amurallada, un castillo del siglo XVI y arrecifes de coral cercanos.

Comparación regional

En los dos casos, la discusión se articula alrededor de un eje común: cómo equilibrar una mejora del poder adquisitivo con la estabilidad macroeconómica. En Colombia, gremios y centros de estudio advierten que un aumento por encima del 10% podría agravar tensiones fiscales y encarecer la contratación formal, particularmente en sectores como comercio y servicios. En México, aunque el mecanismo de ajuste es distinto, también existe el riesgo de que incrementos sucesivos alimenten expectativas inflacionarias que dificulten la acción del banco central.

Un segundo punto de convergencia es el efecto político. En Colombia, el ajuste salarial se negocia en la recta final del mandato presidencial, cuando el Gobierno busca consolidar su narrativa social. En México, los aumentos han sido parte de una estrategia para reforzar la legitimidad gubernamental y reducir desigualdades históricas. En ambos escenarios, el salario mínimo opera como un símbolo de redistribución y como una herramienta con impacto directo sobre la opinión pública.


Medición del comportamiento inflaciónario en Colombia los últimos años. 

Lecturas estructurales

Más allá de las dinámicas coyunturales, los dos países comparten un reto estructural: construir reglas claras que eviten que el salario mínimo se convierta en un mecanismo automático de propagación inflacionaria. La experiencia mexicana muestra que amarrar salarios a la inflación protege el ingreso, pero puede dificultar los esfuerzos por anclar expectativas. En Colombia, la ausencia de un marco estable de ajuste anual alimenta tensiones recurrentes entre Gobierno, sindicatos y gremios.


Avance de la inflación este año en México. 

En última instancia, la comparación revela que ni la indexación plena ni la negociación totalmente discrecional ofrecen una solución definitiva. Los dos casos sugieren que la sostenibilidad del salario mínimo exige combinar mejoras reales con políticas que fortalezcan la productividad y la credibilidad institucional. Sin estos factores, los aumentos anuales corren el riesgo de convertirse en un péndulo entre demandas sociales y temores macroeconómicos.