21/11/2025 - Edición Nº1018

Opinión


Movimiento de piezas

El gobierno se reorganiza: cambios ministeriales y señales internas

21/11/2025 | El Ejecutivo ejecutó un reordenamiento silencioso que redistribuye poder dentro del gabinete: Santilli emerge fortalecido, Bullrich recibe un recorte estratégico y la Casa Rosada envía señales de control político hacia las áreas más sensibles.



Con la publicación del Decreto de Necesidad y Urgencia 825/2025, el gobierno nacional introdujo una nueva modificación a la Ley de Ministerios. A simple vista, se trata de una reestructuración técnico-administrativa, pero detrás de cada movimiento se deja ver una serie de reposicionamientos políticos que revelan tensiones, ajustes de poder y consolidación de sectores dentro del gabinete.

El núcleo del decreto es el fortalecimiento del Ministerio del Interior: se le devuelve el control del RENAPER (Registro Nacional de las Personas), se le asignan nuevas competencias en materia de relaciones institucionales con el Congreso y se le transfiere toda la política deportiva nacional, desde el alto rendimiento hasta el deporte social.

El beneficiado directo de esta reconfiguración es Diego Santilli, quien desde su llegada a Interior había reclamado la reversión de los recortes que sufrió su cartera en la primera fase de reorganización libertaria. Con este decreto, Santilli no solo recupera funciones clave que históricamente formaban parte de su ministerio, sino que además incorpora nuevas áreas sensibles que lo colocan como una figura con mayor capacidad de articulación federal.

La medida también implica un retroceso parcial para el Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich, que venía administrando funciones migratorias, fronterizas y de documentación. En este punto, el rediseño es interpretado como una poda preventiva a su alcance operativo, y al mismo tiempo como una señal a favor del orden interno: en el ala política de la Casa Rosada atribuyen la decisión al ala de Santiago Caputo, que busca dosificar la exposición de Bullrich y limitar el margen de autonomía que su cartera venía ejerciendo.

El traspaso del área de Deportes, en tanto, marca un movimiento que responde a criterios de concentración institucional más que a protagonismos individuales: hasta ahora esa función estaba repartida en estructuras desdibujadas dentro de Capital Humano. Con este paso, el Ejecutivo responde al reclamo de intendentes, gobernadores y actores del deporte federado que pedían una ventanilla clara para gestionar subsidios, becas y obras.

Quien capitaliza esa simplificación es también Santilli, pero el gesto tiene el aval del ala de Karina Milei, interesada en mostrar un gabinete menos fragmentado, más funcional y con menos tensiones colaterales.

Por detrás de estas modificaciones, se mueve también la arquitectura de poder del oficialismo. La consolidación de Santilli dentro del gabinete no solo lo potencia como articulador con provincias e intendentes —función que se vuelve crítica de cara al tratamiento del Presupuesto 2026—, sino que lo posiciona como un interlocutor válido entre el elenco libertario duro y los sectores dialoguistas del PRO. En la Casa Rosada lo leen como una inversión política para los próximos meses: reforzar a un ministro con perfil técnico, sin ambiciones disruptivas, que pueda ordenar sin confrontar.

El decreto, firmado en acuerdo general de ministros, será girado a la Comisión Bicameral Permanente del Congreso para su revisión. Aunque no se esperan impugnaciones inmediatas, la medida ya comenzó a reconfigurar la interna del gabinete.

No se trata solo de funciones: se trata de quién gana margen de maniobra para administrar los próximos conflictos. En un gobierno que empezó con ajuste institucional, ahora se observan movimientos de redistribución. No todos los equilibrios se quiebran con ruido: algunos se ejecutan por Boletín Oficial.

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