El Gobierno nacional anticipó que la cosecha de trigo 2025/26 será la mejor en la historia de este cultivo y pronosticó una campaña con récord histórico para el cereal. La Secretaría de Agricultura ajustó el área sembrada un 4,5% con respecto a octubre -pasó de 6,6 millones a 6,9 millones de hectáreas- y a partir de rindes excepcionales, los números del trigo mejorarán de manera sensible con respecto al ciclo previo.
“Los muy buenos rindes que se están obteniendo y los que se esperan a medida que avance la cosecha, permitirían estimar una producción final de 24,7 millones de toneladas, récord para este cereal”, destacaron.
De acuerdo a datos de Agricultura -y tomando desde la campaña 1969/70, que es la primera medición oficial- la mayor cosecha del cereal se registró en el ciclo 2021/2022, con una cosecha de 22,1 millones de toneladas, en una superficie implantada de 6,7 millones de hectáreas.
Un dato a tener en cuenta es que las estimaciones oficiales coinciden con las entidades privadas. En los últimos días, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señaló que la cosecha de trigo será de 24,5 millones de toneladas, mientras que en su último informe semanal, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) calculó que la producción final del cereal llegará a 24 millones de toneladas.
Al momento de explorar las causas de esta campaña, la cartera agropecuaria destacó variables como “la adecuada humedad del perfil a lo largo de todo el ciclo del cultivo, las buenas prácticas agrícolas y fertilizaciones y aplicación de fungicidas debido al alto riesgo de enfermedades por la elevada humedad”.
Este combo permitió alcanzar -hasta el momento-,un rinde promedio a nivel país de 36,6 qq/ha, el más alto alcanzado por el cultivo.
“Si bien se reportaron inconvenientes por heladas, encharcamientos, granizo y fuertes vientos, los mismos fueron localizados no afectando al cultivo de manera generalizada”, agregaron.
Entre los factores que explican estos resultados, se destacaron las buenas condiciones de humedad al momento de la siembra y las lluvias de julio y agosto, que favorecieron el desarrollo del cultivo. También se registraron condiciones óptimas de llenado del grano durante la primavera.
Lss reservas de agua en el suelo tambien sumaron puntos, porque se mantuvieron en niveles altos durante gran parte del ciclo gracias a las lluvias continuas hasta noviembre. Esto permitió un crecimiento sostenido del cultivo en la mayoría de las regiones trigueras del país.
Si bien el ingreso de una masa de aire frío a fines de octubre generó preocupación por posibles daños, al final del dia el impacto fue limitado y localizado en zonas del sudoeste bonaerense y La Pampa. En líneas generales, estos eventos climáticos no impactaron de manera significativa el rendimiento nacional.