26/11/2025 - Edición Nº1023

Internacionales

Íconos urbanos

¿Cómo el Salón Tenampa y el Café Tortoni mantienen viva la tradición?

22/11/2025 | México y Argentina exhiben cómo dos locales centenarios mantienen vivas tradiciones que redefinen la identidad urbana y turística.



ESalón Tenampa, en el corazón de Plaza Garibaldi, cumple cien años como uno de los espacios más reconocibles del mariachi y la tradición jalisciense. Su historia está marcada por noches interminables, música en vivo y un flujo constante de visitantes que buscan experimentar un México profundo que persiste a pesar de los cambios urbanos. En la Ciudad de México, su nombre se convirtió en sinónimo de fiesta, nostalgia y una estética que combina folclore y modernidad.

A miles de kilómetros, el Café Tortoni, fundado en 1858 en Buenos Aires, conserva otro tipo de ritual: el de las tertulias, el café denso y un ambiente que remite a la bohemia porteña. Con salones revestidos en madera y vitrales históricos, el local se configuró como un punto de encuentro para artistas, escritores y viajeros que buscan una postal viviente del centro histórico. Ambos establecimientos concentran una carga simbólica que supera su función comercial.

México, Plaza Garibaldi 


La plaza Garibaldi está situada en la parte centro norte del centro histórico de la Ciudad de México en el barrio de la Lagunilla, sobre del Eje Central Lázaro Cárdenas y las calles de Allende, República de Perú y República de Ecuador en la Colonia Guerrero; colinda con el barrio de Tepito.

Experiencias paralelas

El Tenampa evolucionó de cantina tradicional a espacio turístico consolidado, integrando cocina jalisciense, espectáculos en vivo y una atmósfera festiva que convoca tanto a locales como a extranjeros. Su capacidad para recibir cientos de personas por noche muestra la vigencia del mariachi como expresión cultural, aun cuando la ciudad se transforma y nuevas dinámicas de ocio modifican el uso del espacio público.

Por su parte, el Tortoni logró preservar una estética casi intacta mientras incorporaba flujos turísticos crecientes. La experiencia sensorial que ofrece —muebles originales, menú clásico, salas temáticas— lo convirtió en un punto de referencia para comprender la identidad porteña. Su permanencia demuestra que la conservación patrimonial también puede dialogar con la economía contemporánea.

Huellas que perduran

La comparación entre ambos espacios revela una constante: los establecimientos longevos funcionan como cápsulas culturales capaces de resistir la erosión del tiempo. El Tenampa sostiene la tradición musical mexicana desde la estridencia festiva; el Tortoni preserva la intimidad de la bohemia rioplatense. Ambos generan un impacto que trasciende lo turístico y se proyecta como parte del imaginario colectivo.

En un continente donde la renovación urbana suele avanzar a costa de la memoria, estos templos culturales representan un recordatorio de que la identidad se construye también a partir de sitios que resisten. La vigencia de Tenampa y Tortoni no depende solo de su historia, sino de su capacidad para seguir contando quiénes somos y cómo evoluciona la vida cultural latinoamericana.