27/11/2025 - Edición Nº1024

Internacionales

Poder blando

Scarlett Johansson: ¿cómo la cultura impacta la geopolítica actual?

22/11/2025 | La actriz estadounidense se convirtió en un caso de estudio sobre diplomacia blanda, controversias geopolíticas e identidad transnacional.



La trayectoria internacional de Scarlett Johansson permite observar cómo una figura cultural de alcance global puede insertarse en debates que exceden al espectáculo. Su origen familiar, marcado por raíces danesas y judaísmo ashkenazí procedente de Polonia y Rusia, la conecta con flujos migratorios europeos, memoria histórica y diásporas que hoy son centrales en la conversación política mundial. Esta dimensión identitaria convierte su figura en una plataforma desde la cual se analizan tensiones vinculadas a diversidad, representación y vínculos transatlánticos.

En paralelo, Johansson se consolidó como uno de los rostros más visibles de la influencia cultural de Estados Unidos, un fenómeno que en diplomacia se entiende como poder blando. Su presencia en producciones globales permitió la difusión de valores, narrativas y estéticas que acompañan la proyección internacional de Washington. Sin embargo, esta visibilidad también la convirtió en protagonista involuntaria de discusiones éticas sobre apropiación cultural, derechos digitales y tensiones entre mercado global y sensibilidad local.

Manhattan


Manhattan es el barrio con mayor densidad de población de los 5 barrios de la ciudad de Nueva York. Se compone principalmente de la isla de Manhattan, rodeada de los ríos Hudson, Este y Harlem. 

Controversias globales

Una de las controversias más significativas surgió con la adaptación hollywoodense de Ghost in the Shell, criticada por sectores asiáticos como ejemplo de asimilación cultural occidental. El debate trascendió la industria cinematográfica y se convirtió en un caso emblemático del desequilibrio estructural entre productores culturales occidentales y comunidades asiáticas que buscan preservación y reconocimiento de sus referentes originales.

Otro episodio con proyección internacional ocurrió cuando Johansson fue vinculada a Sodastream, empresa cuestionada por operar en asentamientos israelíes en territorio palestino. Su salida de Oxfam por este conflicto expuso cómo la participación de artistas en cadenas comerciales globales puede derivar en choques diplomáticos y reacciones de organizaciones multilaterales. El caso evidenció la sensibilidad de actores privados cuando sus decisiones se cruzan con disputas territoriales y normativas de derechos humanos.

Tecnopolítica creciente

Más recientemente, Johansson protagonizó un conflicto con una compañía de inteligencia artificial tras el lanzamiento de una voz digital cuya entonación recordaba a su personaje en "Her". La controversia alimentó un debate global sobre propiedad intelectual, derechos sobre la imagen y regulación tecnológica. En un contexto donde la IA redefine fronteras económicas y legales, el episodio se transformó en referencia para legisladores de Europa y Estados Unidos que evalúan nuevos marcos regulatorios.

Estos casos muestran cómo Johansson se convirtió en un ejemplo de la intersección entre cultura, geopolítica y tecnologías emergentes. Su figura permite analizar fenómenos que exceden al entretenimiento: la influencia cultural como herramienta estratégica, la fragilidad de las fronteras entre mercado y política, y la creciente necesidad de marcos internacionales que regulen la interacción entre celebridades, corporaciones y Estados en un mundo cada vez más interconectado.