El Gobierno nacional evalúa llamar a sesiones extraordinarias en el Congreso antes del 10 de diciembre, con el objetivo de evitar un apagón legislativo durante el cambio de composición de ambas cámaras y garantizar que los proyectos económicos ingresen con tiempo para ser tratados. El Presupuesto 2026 y el nuevo paquete de reformas están en la cima de la prioridad oficial.
De acuerdo con la planificación interna, el secretario parlamentario de Diputados, Adrián Pagán, citó a los legisladores electos para el próximo 3 de diciembre, cuando se realizará la sesión preparatoria de juramento y la renovación de autoridades del cuerpo. En el Senado, en tanto, los 24 nuevos representantes elegidos en octubre jurarán el 28 de noviembre, aunque asumirán formalmente el 10 de diciembre.
La Casa Rosada busca no esperar al recambio completo para activar la maquinaria parlamentaria. La opción que toma fuerza es desdoblar las extraordinarias: un primer llamado antes del 10D, con foco administrativo y de instalación; y un segundo tramo ya con las nuevas bancas en funciones para la discusión a fondo de las reformas.
En paralelo, el titular de Diputados, Martín Menem, insiste en la posibilidad de extender la actividad durante enero. Sin embargo, las conversaciones con los jefes de bloque muestran otro escenario: un receso corto y continuidad del trabajo entre el 1 y el 28 de febrero, para llegar con sanciones antes del inicio del calendario electoral provincial.
Detrás de la ingeniería legislativa se esconde la disputa central: cómo capitalizar el nuevo equilibrio del Congreso. El oficialismo quiere convertir votos legislativos en “voluntad popular”, mientras los bloques dialoguistas apuestan a fortalecer su capacidad de negociación. El tablero se mueve antes de que empiece el juego. ¿Quién llega mejor posicionado al próximo round parlamentario?