La necesidad de enviar una señal de orden interno llevó a José Mayans a activar una jugada clave en el Senado: la reunificación de la mayoría del interbloque peronista en un único espacio. Desde la sede del PJ nacional, en la calle Matheu, el senador formoseño confirmó que los sectores divididos durante los dos años de gobierno libertario volverán a compartir bancada bajo el nombre Frente Justicialista, recuperando la denominación histórica que, de hecho, nunca se retiró del cartel del despacho principal del segundo piso del Congreso.
La decisión llega en un momento crítico: el peronismo pasará de 34 a 28 bancas tras el recambio legislativo y la conducción busca evitar un escenario de dispersión. “Hay que terminar con el sectarismo”, sintetizan en el espacio, donde consideran que la unidad formal es la única forma de sostener volumen político frente a un oficialismo que avanza con reformas profundas.
El movimiento se terminó de definir luego de una reunión en la que participaron Mayans, Lucía Corpacci, Germán Martínez, Mariel Fernández y Ricardo Pignanneli. Allí se evaluó cómo mantener alineados a senadores y diputados en un contexto de reacomodamiento tras la derrota electoral. El acuerdo incluye la fusión del Frente Nacional y Popular -liderado por Mayans- con el bloque de Unión por la Patria que encabeza Juliana Di Tullio.
Pese a la reunificación, no todo el mapa peronista quedará bajo una sola estructura. Dentro del interbloque subsiste Convicción Federal, el espacio creado en marzo y compuesto por legisladores con vínculos directos con gobernadores dialoguistas y dirigentes alejados de La Cámpora. Allí conviven Guillermo Andrada, Fernando Salino, Carolina Moisés y Fernando Rejal, quienes evalúan si mantendrán identidad propia o si explorarán una integración parcial en caso de que se reconfigure algún tipo de interbloque superior.
La duda se acrecienta porque, con la unificación del peronismo, la estructura actual de Unión por la Patria dejará de existir. Sin ese paraguas, Convicción Federal deberá resolver si preserva su autonomía o si negocia un encuadre dentro del nuevo esquema. Si deciden permanecer al margen, el peronismo podría quedar en uno de los mínimos históricos de representación en la Cámara Alta.
A esa tensión se suma el caso del pampeano Pablo Bensusan, quien no descarta conformar un bloque propio ligado directamente a la conducción política de su provincia, como ocurrió en etapas previas con espacios diseñados por el exsenador Carlos Verna. También aparecen preguntas sobre cómo se integrará el nuevo senador del Frente Cívico de Santiago del Estero, que históricamente mantiene identidad provincial aun en períodos de mayor unificación peronista.
La decisión de avanzar un bloque único fue transmitida como un gesto inclusivo, con la presencia de todos los sectores internos y hasta “emisarios enviados por Axel Kicillof”, según remarcaron fuentes del PJ. El objetivo es encarar el nuevo período legislativo con una referencia clara, sin las múltiples etiquetas electorales que fragmentaron al peronismo en los últimos años.
Sin embargo, el dilema persiste: ¿habrá espacio para que Convicción Federal y otros senadores con vocación provincialista sigan bajo la misma estructura? ¿O la unidad será apenas parcial, con varios actores replegados en bloques menores pero políticamente determinantes?
La respuesta se definirá en las próximas semanas, cuando se establezca la organización formal de la Cámara Alta. Por ahora, el mensaje que quiere instalar la conducción es simple: cohesión, volumen político y un regreso al sello Justicialista para enfrentar un ciclo legislativo que promete ser de alto voltaje.
GZ