A solo una semana del devastador incendio que afectó a más de 25 empresas del Polígono Industrial de Spegazzini, en Ezeiza, un nuevo foco ígneo reactivó la preocupación entre las firmas de la zona. Una persistente columna de humo denso se eleva desde uno de los galpones de Logischem, alimentando la intranquilidad de empresarios y trabajadores.

Si bien personal de Bomberos se encuentra en el predio, todavía aguarda la autorización de la fiscalía para ingresar y sofocar el punto activo. Según pudo saberse, en los depósitos siniestrados quedaron almacenados materiales altamente combustibles bajo supervisión del Ministerio de Medio Ambiente bonaerense.
El escenario es complejo: escombros, estructuras colapsadas y una humareda constante que no solo dificulta la visibilidad, sino que también genera temor por la integridad de las instalaciones vecinas. La inquietud entre los empresarios es evidente ante la posibilidad de que el fuego vuelva a propagarse.

La incertidumbre se profundiza con nuevos testimonios de empleados de la petroquímica. Según relataron, horas antes de la explosión registrada el 14 de noviembre, se produjo una pérdida de peróxido que no habría sido saneada correctamente. Ese derrame habría alcanzado los pallets de madera, que prendieron fuego, y al entrar en contacto con otras sustancias -como fósforo rojo y blanco almacenado en contenedores- se desencadenó la explosión y la onda expansiva que fue percibida hasta a 15 kilómetros.
Mientras avanza la investigación judicial, las empresas afectadas conviven con el miedo de que el humo sea una señal de que el foco original no está completamente controlado.