La surrealista visita de Jackass a La Bombonera se produjo en 2006, en medio de risas, pelotazos y un encuentro histórico. El estadio de Boca Juniors fue testigo de innumerables momentos históricos en el mundo del fútbol argentino.
Sin embargo, pocos eventos pueden compararse con la inusual visita de Steve-O y Chris Pontius, dos de las figuras más temerarias y divertidas del universo Jackass.
Este encuentro se convirtió en un hito cultural que, aunque pasó desapercibido en su momento, hoy es recordado con nostalgia y risa. La escena en la que ambos se posicionaron como una "barrera humana" para recibir pelotazos de Martín Palermo es un testimonio del choque entre la cultura del fútbol argentino y la irreverencia de Jackass.
Lejos de ser un capricho, la visita de estos inadaptados buscaba ofrecer un contenido diferente para "Wildboyz", el spin-off de Jackass que los llevó a diversas locaciones del mundo.
Argentina, con su rica cultura futbolística y su pasión inigualable, fue un destino natural. El contraste entre el espíritu arriesgado de Steve-O y Chris y la ferviente cultura xeneize prometía un episodio memorable.
Lo que muestra el video es pura esencia Jackass: el dúo se presenta en camisetas coloridas y excentricidades que reflejan su estilo. Mientras tanto, los jugadores de Boca se preparan para patear pelotazos en un ambiente distendido que rápidamente se llena de risas y adrenalina.
La interacción entre los jugadores, especialmente Martín Palermo y Rolando Schiavi, y los visitantes estadounidenses generó un ambiente increíblemente divertido. Ambos jugadores patearon con fuerza, provocando caídas y risas a los presentes.
MTV, canal responsable de la producción, estrenó "Wildboyz: Perdidos en Latinoamérica", que incluye no solo esta icónica visita a La Bombonera, sino también encuentros con gauchos y diversas experiencias en contacto con la fauna local.
La serie se centraba en capturar esa mezcla de lo absurdo, lo despreocupado y lo auténtico, siempre al límite del peligro, tal como lo caracterizaba Jackass. La visita no solo se trataba de meterse en el fútbol, sino de conocer la idiosincrasia argentina a través de experiencias únicas, ofreciendo al público una mirada diferente sobre las costumbres del país.
Desde intentar montar caballos salvajes hasta jugar con lobos marinos, todo era parte de la narrativa de llevar la diversión a un nuevo nivel.