Se cumple un lustro del día en que millones de argentinos lloraron la partida de uno de los íconos populares más importantes de la historia, mientras era DT de Gimnasia y Esgrima La Plata: Diego Armando Maradona.
Su muerte a los 60 años, debido a un paro cardiorrespiratorio, dejó un vacío difícil de llenar, pero también consolidó su legado como un símbolo eterno del deporte.
Desde Villa Fiorito a Nápoles, donde es venerado casi como una deidad, y en cada rincón del planeta donde alguna vez estuvo, Maradona dejó una marca indeleble que sigue inspirando a generaciones de hinchas y deportistas.
Desde la obtención de la Copa del Mundo en 1986 hasta sus hazañas en Napoli, la leyenda de Diego se alimenta de grandes logros deportivos y de su enorme carisma personal.
En Argentina, su espíritu resuena con fuerza cada vez que la Selección Nacional pisa un campo de juego. En Nápoles, su nombre es sinónimo de orgullo y redención, y el estadio San Paolo ahora lleva su nombre como un homenaje póstumo a quien les dio sus primeros dos Scudettos.
Gimnasia y Esgrima La Plata le dio la posibilidad de despedirse del fútbol argentino a lo grande, recibiendo una ovación inmensa en cada cancha que pisó como técnico del Lobo.

La muerte de Maradona desató un escándalo judicial tan grande como el dolor de su pérdida, que sigue sin resolverse completamente. La atención médica que recibió en sus últimos días ha sido cuestionada, y ocho profesionales de la salud enfrentan cargos de homicidio simple con dolo eventual, acusados de fallar en la atención adecuada al ídolo.
El proceso ha estado plagado de controversias y demoras. Recientemente, la jueza Julieta Makintach fue destituida tras revelarse su participación en la filmación de un documental sobre la causa, lo que resultó en la anulación del primer juicio oral.
Actualmente, se espera que el proceso se reinicie en marzo del próximo año, con una nueva audiencia programada para diciembre. Las acusaciones plantean la hipótesis de una atención médica "deficiente, temeraria e indiferente", y resaltan una serie de negligencias que presuntamente rodearon sus últimos días.
Testimonios de su círculo íntimo como su amigo Mariano Israelit, mencionan el deterioro de su salud emocional y la inadecuada gestión de su condición médica por parte de su entorno y encargados de cuidarlo.