El caso $LIBRA volvió a encender todas las alarmas. Luego de meses de aparente quietud, una billetera atribuida a la estafa cripto realizó movimientos por USD 9 millones, generando un nuevo terremoto judicial y político. El especialista informático Fernando Molina detectó los retiros desde una de las cuentas multisig, un dato sensible que llega justo cuando la Justicia de Estados Unidos evalúa reactivar un congelamiento global de fondos. Para los investigadores, el timing no es casualidad.
Según detalló Molina, los fondos se encontraban inmóviles desde el 15 de febrero, un día después de que Javier Milei promocionara la criptomoneda en plena escalada del caso. La billetera identificada como “oHtMM” comenzó a distribuir movimientos en pequeñas tandas hacia otra cuenta, “2B7NY”, donde los SOL -equivalentes a los USD 9 millones- fueron convertidos en dólares y enviados vía deBridge a otra blockchain para dificultar el rastreo. “Es la primera vez que el dinero sale de las multisig”, alertó el experto.
La maniobra coincide con el pedido presentado ante la jueza federal Jennifer Rochon por el bufete que representa a los damnificados, que exige reinstalar el congelamiento de activos asociados al esquema. En ese marco, el movimiento repentino de fondos es leído como un intento de fuga financiera anticipada, un patrón típico en casos de estafa cripto cuando avanza la cooperación judicial internacional.
Al mismo tiempo, la Comisión Investigadora de Libra elevó la presión política. Su presidente, el diputado Maximiliano Ferraro, reveló el ingreso a la Quinta de Olivos del entonces titular de la ANDIS, Diego Spagnuolo, y del organizador de Tech Forum, Mauricio Novelli, el 10 de noviembre del año pasado, ambos sin horario de salida registrado. “Quienes luego aparecen en la trama de Libra habrían compartido mesa con el Presidente”, señaló Ferraro citando el informe legislativo.
Ese informe -que responsabiliza directamente a Milei por haber sido condición necesaria para la expansión de la estafa mediante su promoción pública del proyecto- no sólo profundiza el golpe político. También refuerza la línea investigativa que sigue la Justicia estadounidense: la posibilidad de que parte del esquema haya operado con cobertura institucional. El movimiento de los USD 9 millones, en este contexto, no es sólo financiero. Es una señal de que el caso $LIBRA está lejos de cerrarse y amenaza con convertirse en un problema mayor para el Gobierno.