La Comisión especial investigadora por el caso del fentanilo adulterado volverá a sesionar este miércoles a las 9, pero lo hará sin la presencia del ministro de Salud, Mario Lugones, cuya ausencia encendió malestar en distintos bloques del Congreso. El funcionario, uno de los eslabones clave para reconstruir la cadena de responsabilidades, optó por no asistir pese a haber sido citado formalmente.
En su lugar, llegarán representantes técnicos de la ANMAT, encargados de explicar los controles, los fallos regulatorios y la trazabilidad que permitió que los lotes adulterados circularan por centros de salud del país. La decisión de enviar segundas líneas fue interpretada en el Parlamento como un gesto político que busca evitar costos mientras avanza la causa judicial.
La comisión está presidida por Mónica Fein, con Silvana Giudici y Victoria Tolosa Paz como vicepresidentas. Las tres legisladoras impulsaron proyectos para esclarecer responsabilidades y reconstruir el recorrido que siguió el medicamento adulterado. La expectativa sobre la presencia de Lugones era alta luego de la visita del juez federal Ernesto Kreplak, quien detalló cómo se detectaron los lotes contaminados y advirtió que la trazabilidad “no existe” en el sistema sanitario argentino.
Kreplak también subrayó la responsabilidad del Estado frente a las víctimas: “Estamos en la obligación de restaurar la confianza en las instituciones públicas”, afirmó al adelantar que la Justicia seguirá trabajando durante la feria para unificar información, revisar historias clínicas y acercarse a un número final de casos.
La reunión de este miércoles se vuelve así un punto de tensión entre el Congreso y el Ejecutivo: mientras la comisión reclama respuestas políticas, el Gobierno apuesta a una defensa técnica que no logre abrir un nuevo frente de conflicto. El caso, que expuso fallas graves en los controles sanitarios, mantiene en vilo al sistema de salud y al propio oficialismo.